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Yoongi se encontraba parado frente a la casa de su amigo, pero percibía algo extraño en el ambiente, olía a naranjas combinado con un aroma que no podía descifrar correctamente ¿Rosas tal vez?

Cuando estaba por tocar el timbre la cara de su amigo lo sorprendió, Jimin se encontraba muy sonrojado.

- Yoongi... ¿Qué haces aquí? ¿Viniste a verme?

Lo tomó de la mano y lo hizo pasar, Yoongi notó algo diferente en la expresión de sus ojos, pero decidió no darle importancia.

- Ni siquiera toqué el timbre y tu...¿Abriste la puerta? Amigo... tu olfato está a otro nivel. -dijo dándole palmaditas en la espalda.

- Hmmm... tampoco se que pasó... ¿Tal vez estoy muy acostumbrado a tu aroma?

- Por cierto, ¿Estuviste comiendo naranjas? Hueles a eso.

Se acercó hacia Jimin y dio una olfateada en su dirección. - Y también comiste... ¿Fresas? - le dijo pensativo.

Jimin no había comido nada de eso.

- Ah... No, en realidad no he comido nada Yoon... -le respondió. - Vamos a comer algo y hablemos, tengo algo muy importante que decirte jovencito. - Le dijo serio, soltando una risita al final.



- Así que... ¿Te presentaste? Preguntó Yoongi luego de escuchar el relato de su amigo.

- ¿Creo? Me siento muy raro... íbamos a ir con mamá a verte... Pero tu viniste primero... Eres tan lindo Yoon, pensé que ya no me hablarías.

- Como se te ocurre yo n-... - no pudo terminar su frase, pues de un momento a otro Jimin lo tenía apresado en el suelo, con su nariz olfateándole por todos lados.

De pronto el ambiente estaba cargado con el aroma de Jimin.

- Ah... No puedo evitarlo pero detesto el aroma de los alfas ¡Son tan apestosos, hacen que quiera vomitar! -dijo haciendo una mueca de disgusto.

- Solo es el aroma de Tae... Y por favor sal de encima, pesas.

- Yoon, tu eres mío... No me gusta que tengas otro aroma impregnado a ti, me hace sentir triste. - Le dijo mientras se frotaba contra él, como si su vida dependiera de ello.



Yoongi se sentía mareado, él nunca había tenido su primer celo, y toda esta situación le hacía sentir confuso.

- Yoongi por favor déjame marcarte, te lo suplico.

Jimin soltaba alaridos de tristeza que calaron en el corazón de Yoongi, parecía tan necesitado.

¿Por qué Jimin quería marcarlo? ¡Eso no tenía sentido!

Su amigo le tomó ambas muñecas y las puso sobre su cabeza.

- Eres tan hermoso. - le dijo contemplando su rostro.

Comenzaron con un pequeño roce de labios que pronto desencadenó una ola de besos y caricias.

Jimin se sentía en el paraíso, besar a su amigo había sido uno de sus mayores sueños. Aunque se sentía confundido, estaba disfrutando mucho los tiernos labios de Yoongi.

-Jimin, debemos parar... - le dijo, de forma agitada entre susurros. - Esto no está bien, además me siento extraño, me duele el vientre y siento algo escurriendo en mi.

A Jimin se le dilataron las pupilas, sintió el aroma habitual a manzanas de su amigo, pero esta vez acompañado de un toque acaramelado.

- Yoon... tus mejillas sonrojadas hacen que quiera devorarte por completo. - le dijo apegándose mas al otro, creando un roce que provocó quejidos en ambos. Continuaron besándose con más fervor.

- ¡Jimin! ¿Qué estas haciendo? Déjalo respirar, lo estás asfixiando. - le dijo su madre, que acababa de llegar. - Solo me fui un segundo y me encuentro esto, espero que no hayas obligado a Yoongi jovencito, apártate de él.

No hubo respuesta.

Jimin permaneció quieto encima del contrario. Ella se acercó dispuesta a alejarlos, pero un poderoso gruñido resonó en la habitación.

- No te acerques, él es mío.

Yoongi salió de la burbuja de cariño en la que se hallaba y se dio cuenta de lo que estaba sucediendo.


Se estaba besando con Jimin, su amigo.
Su amigo omega.

Se sentía aturdido, pero aun mareado por la situación, se las arregló para hablarle a su amigo, así que poniendo la voz más suave y la cara más tierna que pudo le dijo:

- Jimin, necesito ir al baño, ¿Puedes soltarme por un momento? Luego podemos continuar ¿Si?

La mirada de Jimin pasó de furiosa a dócil en un segundo. Miró a su amigo como la cosa mas hermosa que sus ojos alguna vez habían visto. Le soltó las muñecas y le dio un fuerte abrazo, tratando de transmitirle su amor, no dijo ninguna palabra y se apartó, no sin antes darle un último beso en los labios, Yoongi era tan dulce.

- Jimin, creo que estás teniendo tu celo, no pensé que se iba a adelantar tanto, pero hijo, apestas. - dijo su madre mientras se acercaba para olfatearle el cuello. Él continuó gruñendo bajito.
- ¡No me gruñas, soy tu madre! No seas salvaje.   - habló de nuevo mientras le tocaba la cara con el dorso de la mano. - Ahora iré a ver a Yoongi, por favor se bueno y tomate estas pastillas, te ayudaran a controlarte.


Yoongi se encontraba encerrado en el baño, aun continuaba sonrojado y pensar en lo que había ocurrido no le ayudaba a calmarse. ¿Qué es lo que iba a hacer ahora? Si le decía a su madre lo que había pasado iba a ocasionar un alboroto tremendo, no quería eso, así que por el momento lo mejor sería guardar silencio.


- Cariño ¿Te encuentras bien?... Sé que mi hijo es un poco torpe y la mayor parte del tiempo no sabe comportarse, pero... por favor perdónalo... él es un buen chico. - dijo la mamá de su amigo al otro lado de la puerta. - Si quieres yo puedo hablar con tu madre y explicarle lo que pasó, de verdad lamento si te sentiste incómodo, y... estoy segura de que ese bobo también lo lamenta...

- Está bien, no se preocupe... Sé que Jimin en realidad no quería hacer eso... Además él es mi amigo y... no me molestó lo que pasó. - dijo vacilante. - Y no le diré nada a mamá, es mejor que no sepa.

- Yoongi, esto puede ser un poco confuso para ti, pero tu amigo está en celo... Si quieres puedo ir a dejarte a tu casa, para que no haya problemas.

- Bueno... A decir verdad me siento un poco extraño, y un líquido a estado escurriendo de ahí hace un rato... - dijo saliendo del baño con un hilo de voz.

- Oh, vaya... Eso cambia un poco las  cosas, ¿Te duele en algún lado? Ven, te haré una infusión de canela y lavanda para que te sientas mejor ¿Está bien? Toma este supresor, para que te sientas mejor. - dijo dándole la pastilla.

- Esta bien...

Bajaron las escaleras y contemplaron a Jimin estirado en el piso, Yoongi sintió como el color volvía a sus pálidas mejillas y ese extraño líquido aumentó cuando su amigo volteó a verlo.

- Yoon... Volviste, ven acá.- le dijo con voz suave.

- Hijo... ¿Tomaste el supresor que te di?

- Uh... si. - respondió sin dejar de mirar al otro.

-,Yoongi será mejor que te lleve a casa ahora. -dijo la madre de Jimin.

- Está bien. - respondió en voz baja, sin dejar de mirar a su amigo.

ambos somos omegas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora