2. Mis días normales.

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2. Mis días normales.

Me desperté al sonido de la alarma de mi móvil. Así por las buenas. Únicamente no tuve más sueño.

Con rapidez fui al baño, para tener agua caliente. Cogí lo primero que ví en el armario y me dirigí a la habitación anexa a mi cuarto.

Cuando terminé de ducharme miré con determineto a la ropa elegida. Se trataba de una camiseta blanca con un globo en el medio, unos vaqueros algo desgastados en los contornos, unos calcetines a rayas blancas y negras y mis fieles tennis.

Lo normal en mí.

Me vestí y empecé a oír a mi madre gritando a Aedeen para que se despertase.

Sacudí mi cabeza, a Aedeen no le importaba si había un terremoto o cualquier cosa, si tenía sueño tenía sueño y punto. Lo malo era que mi madre se negaba a dejarlo pasar. Cogí una goma del pelo y me hice una coleta de altura media. Cuando me dirigí a la cocina, me encontré con mi padre adoptivo y le dí los buenos días con un sonoro beso en la mejilla.

Empecé a desayunar cuando mi madre y Aedeen (cogido por la oreja por parte de Martha, mi madre adoptiva) y se sentaron junto a nosotros. En silencio comimos el desayuno y Aedeen y yo fuimos al colegio.

(...)

No era la persona más popular de la escuela. Estaba considerada como una chica loca. Y Aedeen no se ha cercaba a mí por si lo tomaban como loco a él. La verdad es que no me importaba.

He aprendido a lidiar con este tipo de marginación desde los cinco años, y al final quieras o no, te acostumbras.

Te acostumbras a que la gente se aparte de ti, o que te miren raro, o que los profesores te traten como una niña pequeña que no sabe hablar. Te habituas a que tus padres se preocupen de ti como si tubiese una deficiencia mental- con perdón- y no sepas actuar por tu cuenta.

También te es familiar las frases como "¡Hey tu! Hija de un don nadie", o la terminología "la adoptada". Se que no debería pero a base de escucharlas sabes que se refieren a ti. No debería dejar que la gente me llamase así pero es mejor que piensen que son superiores, ya tendrán su merecido de un modo u otro. Se que es un poco retorcido mas es lo único que me hace seguir viva, pensar que al final ellos que insultan a la gente por ser diferentes son ellos los ignorantes y que nunca serán ellos mismos.

Y con estas frases quiero dedicarselas a todas las personas que sufren algún tipo de acoso. Aún que no sean buenos tiempos hay que intentar pensar en positivo y nunca perder la esencia porque siempre habrá alguien que le gustes tal y como eres y nunca cambies. Sobre todo si es para mal.

Fui rápidamente a mi clase y me senté en la última fila. La mayoría de las personas habían entrado y había varios chicos que estaban en otras clases hablando con sus amigos.

Al sonido de la campanilla, una marea de estudiantes se fueron a sus clases. El sonido de los zapatos corriendo los delataba.

Infinito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora