Loyalty II James Potter

ᴠɪ. ᴘʀɪᴍᴇʀ ʙᴇꜱᴏ

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LOYALTY

PRIMER BESO

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𝕰l mes de Octubre pasó rápidamente llegando casi al final, a falta de un día para Halloween, o lo que es lo mismo, el gran banquete que siempre organizaban para celebrarlo. Gracias al trabajo de Slughorn Amelie y Seth, en el cual tuvieron la segunda nota más alta por debajo de Evans y Snape, entablaron una gran amistad.  La gryffindor lo incluyó en el grupo de amigos que compartía con sus compañeras de habitación y, aunque al principio no les transmitió demasiada confianza, cada vez era más aceptado por ellas. Por su lado a los merodeadores seguía sin agradarle el slytherin, sobre todo a James, por lo que Amelie procuraba que no se juntaran en exceso.

En la última semana la semi-peliroja había notado extremadamente cansado a cierto castaño de cicatrices. Se veía más pálido y ojeroso de lo normal, por no mencionar que su ánimo no era el mejor. Según el chico no era nada y, cada vez que Amelie intentaba preguntarle a él o a sus otros tres amigos salían con excusas o mentiras confusas y poco creíbles. La chica lo habría pasado por alto, pero la actitud que tenían la recordó a finales de los dos meses anteriores. Era obvio que la ocultaban algo.

Alice le comentó que era normal ver así al chico al menos una vez cada mes, que solía faltar unos día y luego volvía con nuevas cicatrices y pequeñas heridas. Según ella los rumores más conocidos sobre él eran que tenía una salud frágil y otros que su madre padecía una enfermedad rara por la que la visitaba a menudo. Aunque ninguno de esas teorías convencieron a Amelie.

-¡Melie!- dijo Emma mientras sacudía su mano delante de la ojiverde, logrando así sacarla de sus pensamientos- ¿Nos estás escuchando acaso?-

-Amm... Claro- 

-¿Ah si?- frunció el ceño la ojimiel- ¿Qué te estaba diciendo entonces?- cuestionó esta

Ambas amigas se encontraban en el pueblo de Hogsmeade, en concreto, en la fila para pagar de  Honeydukes. Emma la arrastró con el propósito de que le acompañara a por dulces para reponer su reserva, la cual se encontraba vacía desde hace un par de días. Y huviera arrastrado también a Alice de no ser porque Frank Longbottom la invitó a una cita en el Lago Negro.

-Pues...¿de dulces?- sonrió con falsa inocencia mientras su acompañante la fulminaba con los ojos- Vale, lo admito- suspiró- No te estaba escuchando, me perdí en mis pensamientos-

-¿Sigues con lo de Lupin, verdad?-  preguntó la castaña, a lo que Amelie se limitó a mirar a otro lado en silencio confirmándolo- Deberías dejarlo ya, sino te lo quiere contar es su decisión-

-¡Siguiente!- se oyó a la dependienta, y las chicas avanzaron depositando sus dulces en el mostrador para pagarlos.

-Ya sabes lo reservado que es él- dijo la castaña mientras la dependienta calculaba el precio de la montaña de chuches.

-Quizá tengas razón- suspiró la semi-peliroja

-Serán 19 con 50, por favor- indicó la dependienta y ambas chicas pagaron a medias 

En las calles del pueblo se podían apreciar las hojas secas caídas por los extremos de las calles, inundando estas con diferentes tonos de marrón a juego con las casas de piedra. En los árboles no quedaba ninguna de estas, dándole al pueblo un ambienta mágico y tétrico a la vez. Una multitud de estudiantes con los diferentes colores de sus respectivas casas yendo de un lado al otro inundaban las calles, claramente un signo de que se encontraban en pleno Otoño.