Un aburrido Cupido estaba jugando con sus flechas mientras resoplaba por no tener trabajo por hacer. Sabía que en el mundo de los humanos se acercaba Navidad y quería intentar unir a dos personas en ese día especial pero aún no encontraba a los indicados o indicadas.
Volaba de un lado a otro buscando gente soltera pero para desgracia suya, estaban todos con pareja y algunos hasta con hijos.
–¡Aish! -se tomaba de los pelos indignado.
–Sunggie, tranquilo, ya vas a encontrar a quiénes flechar, es sólo cosa del tiempo. -apareció otro de los Cupidos, su mejor amigo Zhong Chenle, mientras le daba leves palmaditas en la espalda intentando tranquilizarlo.
–Es que hace días estoy revisando a cada individuo y nada, es exasperante. Todos ya tienen a alguien a su lado y yo no puedo hacer mi trabajo así. -haciendo un puchero que para el otro era muy tierno.
El mayor le dio un beso en la mejilla y dijo:
–Para que te tranquilices.
Y se fue volando rápidamente para que el otro no lo alcanzara, dejándolo con una sonrisa y tranquilidad impresionante. Es verdad que su trabajo era enamorar a las personas pero nadie le dijo que él también se terminaría enamorando de alguien y que justamente sea su mejor amigo. Los dos tienen sentimientos por el otro, tenías que ser muy tonto para no darte cuenta de ello, pero el más alto todavía quería esperar a ser adulto antes de comenzar su propia historia de amor.
–Okey Park Jisung, o mejor, Cupido Park, a seguir con tu búsqueda. -se dio ánimos y continuó con su tarea de hallar a personas para unir amorosamente.
Los días pasaban rápidamente para el aún menor de edad y había llegado el veinticuatro de Diciembre, Noche Buena, sintiendo que no iba a poder completar su misión. Hasta que vio a un muy tierno chico pasar por una tienda, parecía algo tímido, no levantaba mucho la cabeza y hablaba algo bajo para que sólo las personas necesarias lo escucharan.
Alto, delgado, cabello marrón claro, una piel que parece de porcelana, unos ojitos brillosos marrones y que simplemente daban ganas de encerrarlo en una cajita de cristal para que nadie le hiciera daño.
Ya que él al ser un ángel en este mundo, no lo veían, era invisible para todos, decidió acercarse para escuchar de que hablaban.
–Buenas tardes señora. -habló el chico tierno, subiendo sólo un poquito su cabeza para mirar a la mujer que tiene enfrente.
–Hasta su voz es tierna. -pensaba el pequeño Jisung.
–¡Buenas tardes cariño! ¿Algo en especial que busques? -la señora respondió.
–Sí, busco un collar.
–Entiendo, ¿específicamente tiene que tener algo o no? Por ejemplo, un corazón, una inicial, algún infinito...
–Un corazón porfavor. -dijo suavemente mientras sonría leve. El Cupido estaba que moría de amor a pesar de que el contrario probablemente sea mayor que él.
–¡Perfecto! Ahora te muestro algunas opciones que hay.
Al pasar unos dos minutos la señora volvió con tres collares distintos.
–Acá te traje algunas opciones, avisame si te gusta alguno.
–¿Me podría ayudar a elegir? -preguntó tímido.
–¡Obvio! ¿A quién se lo vas a regalar?
–A un chico que me gusta. -dijo bajito y sonrojado por la vergüenza.
ESTÁS LEYENDO
Cupido Park (1) ❄️
Romansa❝Veinticuatro de diciembre, Noche Buena, dos chicos, uno confesándose, ¿Cupido Park podrá intervenir y ayudar a formar una nueva pareja? ¿O su trabajo se vería afectado y no podría cumplir con su misión?❞ ❄️100% mía. ❄️No copias ni adaptaciones sin...