TENTATION ─ jinsu

𝘃𝗶𝗻𝗴𝘁-𝘀𝗲𝗽𝘁 | cuando el corazón se sincera

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Las lunas gemelas resplandecían brillantemente, bañando los jardines con luz pálida.

—¿De qué querías hablar? —dijo YoonGi, sentándose en el primer banco desocupado que habían encontrado. Su mirada se posó en las flores azules frente al banco.

Consciente de los otros huéspedes que repentinamente habían decidido dar un paseo por los jardines, SeokJin se sentó al lado de YoonGi, a un brazo de distancia.

También miró las flores, mientras el silencio se alargaba.

Un pájaro nocturno cantó una canción inquietantemente hermosa en uno de los árboles. Conociendo al regente del Undécimo Gran Clan, el ave debe haber costado una pequeña fortuna.

YoonGi se rio entre dientes.

—¿Vamos a sentarnos aquí en silencio?

SeokJin frunció los labios para evitar decir que no le importaría.

Patético.

Miró sus propias manos.

—¿Realmente estás eligiendo a HoSeok?

Hubo un silencio por un rato.

Por fin, YoonGi dijo:

—Sí. Elegirlo a él tiene más sentido. Mis madres lo aprueban. Y él es agradable.

Los labios de SeokJin se torcieron. Nadie podría describirlo a él como agradable.

—¿Lo es? —dijo llanamente.

A su lado, YoonGi se erizó.

—Lo es. Es guapo, educado y... y encantador. Me mira como si yo importara.

SeokJin se rio.

—¿Qué es tan gracioso?

Miró a YoonGi.

—¿Crees que para mí no importabas? —Su voz sonaba hueca, incluso para sus propios oídos. Todo mal.

Los adorables labios de YoonGi se doblaron en una mueca.

SeokJin apretó los dientes y miró hacia otro lado.

—Tenías una forma divertida de mostrarlo —dijo YoonGi, su tono hostil, a pesar de que había algo incierto en la forma en que había dicho eso—. Nunca te importó una mierda.

—No importarme nunca ha sido un problema —dijo SeokJin, con una sonrisa sin humor—. El problema era lo opuesto.

—No hagas esto —YoonGi dijo con fuerza, resentimiento coloreando su voz—. ¡No te atrevas a hacer esto!

SeokJin lo miró.

—¿Por qué? —dijo—. Si estás tan feliz con tu elección, no debería importar lo que yo diga. No debería importarte.

YoonGi lo fulminó con la mirada.

—¡Cállate! ¡Vete! Déjame solo.

SeokJin miró desde los ojos furiosos de YoonGi a sus labios temblorosos y de vuelta a sus ojos.

—¿Es eso realmente lo que quieres? Prometo que te dejaré solo y nunca volveré a hablarte si lo dices como si realmente lo dijeras en serio.

YoonGi continuó fulminándolo con la mirada.

Era tan hermoso cuando estaba enojado.

YoonGi abrió la boca y la cerró. Alguna emoción apareció en sus ojos antes de que apretara la mandíbula y dijera firmemente:

—Déjame en paz.

Algo en SeokJin dio una punzada dolorosa, una sensación pesada y desagradable que se asentó en su estómago.