Capítulo 4

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La maldición de un demonio

Cuando los tres chicos oyeron que las puertas del infierno se abrieron, los chicos salieron corriendo cada cual a su casa donde se encontraban sus familiares no pudieron resistir, esa desesperación de ver si su familia están bien. Al llegar Angell a su casa se dio cuenta de que su hermano David estaba pacíficamente sentado en la sala de estar leyendo un libro.

David: que pasa Angell ... ¿Por qué estas con esa cara ? ¿Qué te ha pasado?

Al ver Angell que su hermano se encontraba en perfecto estado se sentó en uno de los sillones y comenzó a decir:

Angell: Hermano no sentiste algo como un terremoto o algo por el estilo.

David: No, ¿Por qué me preguntas algo así?

Angell: No por nada es que pensé que sentiste un terremoto como yo pero talvez fue mi imaginación.

Después de una larga conversación entre Angell y su hermano, su hermano le pregunto:

David: ¿No vas a salir de nuevo Angell?

Angell: Sí, pero no me voy a demorar.

Lo mismo paso con los padres de Noemí y con Kevin, los tres chicos salieron de sus casas y se dirigieron hacia la casa de Axel, al llegar donde Axel le preguntaron

Noemí: ¿Por qué mis padres no han sentido el terremoto?

Kevin: Sí, tampoco los míos

Angell: Tampoco mi hermano sintió el temblor, ¿Por qué?

Axel: Porque solo los que son cazadores pueden sentir lo que pasa en el mundo espiritual, eso quiere decir que solo nosotros lo sentimos y la batalla para ustedes a comenzado.

Después de eso Axel les dio a cada uno un transmisor para que pudieran ver donde se ubicaban los demonios, habían  pasado en casa de Axel durante tres días para que los transmisores se encendieran y receptaran la primera señal demoníaca. En el instante que el transmisor de cada uno se encendía, salieron de sus casas y se dirigieron a donde el receptor les indicaba.

Al llegar donde estaba aquel demonio, se dieron cuenta que estaban en un mini desierto, los chicos se encontraron y se prepararon para la batalla. Cada cual saco su arma y se pusieron sus runas y  así comenzó la batalla.

Angell: Oye demonio del infierno.

Demonio: ¿Así qué me pueden ver?

Noemí: Sí, te podemos ver y te vamos a destruir.

Demonio: Muchacha insolente crees que me podrán derrotar ni siquiera podrán hacerme un rasguño.

Kevin: Eso es lo que tu crees.

Al terminar de hablar Kevin, el demonio lanzó un ataque que los chicos apenas pudieron esquivar al ver esto Angell sacó su arco y lanzó una de sus flechas que dio al demonio justo en el antebrazo. 

Demonio: Eres un muchacho muy insolente pero eso fue un tiro de suerte nada más.

Angell: Bueno, si tu lo dices, veamos que te parece esto demonio.

Al instante Angell saco tres de sus flechas las apunto hacia el demonio y las lanzó las flechas al ir hacia el demonio formaron un triangulo que le llegaron a las piernas y en el antebrazo, el demonio de repente cayó de rodillas hacia el suelo, una vez que el demonio cayó Noemí saco su látigo con el que sujetó el cuello de el demonio

Noemí: Kevin date prisa.

Kevin saco su espada y ataco al demonio que corto uno de sus brazos. El demonio comenzó a hablar en una lengua que parecida latín

Demonio: eorum amor est aliis, quod ducam eos ad mortem et nisi occidere magister meus non poterit ad requiem, sed eorum bellum erit per tempus.

Noemi: Angell acaba con él.

Angell estaba perplejo porque parecía que entendía lo que decía, pero al escuchar lo que Noemi le había dicho, el agarro una flecha, la puso en el arco y lanzó la flecha hacia el demonio, la flecha atravesó la cabeza del demonio y este se comenzó a desvanecer en ese momento los tres chicos sintieron una brisa escalofriante que era demasiada extraña y los chicos se desmayaron en ese instante.

Cazador de demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora