Pura sangre

I

Lavanda y vainilla

Ese es el olor que debería de llevar el destinado de Lena, esa persona que le a hecho la diosa Luna a su medida.

Sin embargo, no la a conseguido pese a tener ya sus 25 años y haber tenido su primera transformación lobuna a los diez y ocho. Sus pensamientos no paran de rondar en eso, en que se quedará sola o tendrá que marcar a alguien que no quiere solo para poder tener el completo liderazgo de su manada. Porque, aunque su hermano Lex puede tener ese puesto, él no lo quiere, no desde que perdió a su destinado hace cinco años. No esta capacitado física ni mentalmente para eso.

Dejando a Lena ser la única sucesora de la manada. Su segunda al mando, su Delta, Samanta, es la persona en la que más confía. Lamentablemente había perdido también a su pareja, quedando a cargo de su dulce hija. Pero fuera de eso podría decirse que ambas son dos solteronas en la manada. Ya que, Samanta había sobrevivido a la perdida del lazo y tenía la oportunidad de imprimir con alguna otra persona que hubiera pasado la perdida de un lazo.

—Lo siento, pero no estoy interesada en hacer alianzas matrimoniales. Y he estado firme en eso desde un principio, la única persona que será con la que me casaré será con la persona que la diosa Luna me a destinado. Además, su hija es hermosa, dejé que busque a su pareja...

Con una pequeña sonrisa la de pelo oscuro mencionó, la chica frente a ella no era de mala apariencia. Su cabello con leves ondas y su piel algo acanelada le hacían ver atractiva. Pero no era la que buscaba, no era su chico o chica.

—Lo lamento, Maggie...

—P... Podría hablar con usted en privado? Alfa Luthor

Con un pequeño asentimiento le sonrío, siempre había intentando hacer que todos se sintieran cómodos con ella. Sin importar cual era su rango, ya fuera omega o beta. Quería ser alguien de bien, no de mal. Sabía que su estado especial, de Alfa Superior le traería y traía problemas. Sin embargo, el miedo que lograba respirar de la omega a su lado no era por ella.

Sus sentidos se agudizaron mientras tomando la mano de Magie, intentando calmarla. Su manada, Luna de plata,  era famosa por, además de ser una de las más fuertes, acoger personas sin manadas o que vivían en abusos. Por lo que estaban en constante crecimiento. Y sin duda, ya veía venir por donde iba la situación.

—A... Alfa, saqueme de ahí... juraron por la diosa Luna que si no conseguían unirme con usted me matarían.

Posando una mano en su hombro, Lena le dijo que subiera junto a su Delta para que la mantuvieran en vigilancia. Habrían un poco de sangre en el tapete, y Lena no se detendría hasta que la tapara uniformemente.

[...]

— Sabes muy bien que la ultima manada que nos falta por visitar en busca de tu luna es Luna de plata, por favor, Kara, la manada la necesita.

— ¿Y si no está ahí? ¿Y si simplemente estoy destinada a estar sola? Tiene sentido para mí, Alex.

— Eres muy negativa, vamos! ¿Dónde está la chica positiva de siempre ?

— Se la comió el lobo -sonrio mientras le miraba-

— Corrección, se la van a comer.

—Tonta!

Algunas risas estruendosas se escaparon de aquellas hermanas alfas, mientras seguían las pequeñas bromas para intentar subirse el ánimo entre sí.

— Entonces envía a Will, él será el que enviará la carta para la petición... así visitaremos la dichosa manada que tantas veces mencionas.

— Ese es el espíritu, hermana.

[...]

—Una carta para una visita? De la manada Luna Kriptoniana. No es esa en dónde acogen a distintas especies? La híbrida si no me equívoco...

Una muy consternada Samanta se paseaba de un lado a otro, mientras su Alfa le miraba con diversión ante su manera de ser. Aunque no mentiría, ella también estaba  algo preocupada, no sabía si la visita terminaría en buenos términos.

—Vamos, Sam... tengo una buena corazonada sobre esto!! Diganle que los esperamos, que pueden venir.

[...]

— ¿Viste? ¡Aceptó! Las cosas van bien. Si no es ayuda podríamos descartar el que tu Luna sea de este continente.

Kara rodó los ojos, mirando con poca emoción las palabras de su hermana. Estaba algo cansada de sus continuos comentarios de esa índole. Más, muy en el fondo, algo le decía que era buena idea.