II

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La gente iba de un lado a otro en la manada Luna de Plata, con la llegada de la otra manada el pueblo estaba hecho un completo bullicio. Querían dejar todo en completa perfección. Ya que sabían que había una alta posibilidad de que con esta reunión hubiera algún arreglo que ayudara al crecimiento de la manada.

—Alfa Lena, en verdad debería de ponerse un poco más presentable.  Vamos a cenar con ellos, quizás sea lo más apropiado que deje esos pantalones y se coloque algo más sofisticado.

—Sam en verdad no empieces... Será una poderosa manada, más no el consejo, así que deja de insistir. Me vestire como yo quiero, soy la Alfa.

—Eres una niña...

Con un suspiro la morena salió de la habitación, dejando a la Alfa en la habitación celebrar su pequeña  victoria. Lena era como una niña, de hecho, aún podía recordar cuando ambas eran unas pequeñas que correteaban por el lugar. Lamentablemente para ambas, habían sido entrenadas para ocupar los puestos que ahora ocupaban en caso de alguna emergencia. Lo cual al final, había sido justo lo necesario.

Una pequeña melodía empezó a sonar del teléfono de la Alfa superior, mordiendo leve su labio inferior fue a revisar sintiendo un mal presentimiento hacerse nudo en su garganta.

—Voy para allá...

[...]

—¿¡Cómo que la Alfa Luthor no está!?

—No tenemos siquiera rastros de sus olor, Delta Samantha.

—Por la diosa, ni Ruby misma me sacará canas... ¡Al contrario de Lena!

—Delta, la manada Kriptoniana a llegado... ¿Qué haremos?

—Invitalos a pasar, ya se me ocurrirá algo sobre que no esté nuestra Alfa.

[...]

—Bien, Alfa Danvers. Bienvenida a la manada Luna de Plata, en un honor tenerla aquí junto a su Delta y algunos  acompañantes.

—El honor es todo... ¿Alex? ¿Estás bien?

—Mía...

—¿Eh?

La Alfa de la manada Kriptoniana dirigió su mirada hacía su hermana y luego a donde miraba. Una bonita morena que estaba en estado de shock y con la respiración agitada. Ambas en un estado hipnótico. Podría jurar que ambas estaban en su propia burbuja. Lentamente ambas se acercaron, al parecer para ambas parecía irreal el acto que acontecía, el haberse encontrado al fin.

Sus manos se tocaron, para luego fundirse en un abrazo. 

La delta de la manada Luna de Plata miro con algo de pena a la futura pareja, ¿Qué se podía hacer ya? Maggie y Alex no serían las mismas por unos días, al parecer al paso que iban ambas estarían marcadas al anochecer y esa transición las dejaría fuera de combates algunos días.

—Bueno -aclaro su garganta- dejemoslas a solas. Alfa Danvers, sígame... Tenemos  cosas que hablar, no?

—No quiero sonar fuera de lugar, pero... ¿No sé supone esta charla la tenga con vuestro Alfa?

—Si... sobre eso...

La Delta intentó mantenerse lo más erguida posible mientras aclaraba su garganta, sabía que por un momento en donde flaqueara sería descubierta de su mentira.

—A la Alfa Lena le dieron aviso de una recaída sobre la salud de la pasada Luna, su madre. Dice que lamenta no estar presente, pero que con su permiso si usted lo permite y no decide irse podría quedarme y ser yo la que hablé al respecto.

La ceja de la rubia se enarco, era obvio que la otra mentía y seguramente su Alfa no había querido ir a la cita antes aceptada por parte de ambas. Con una pequeña  sonrisa Kara intentó mantenerse apacible, como llevaba estando anteriormente. En su manada la honestidad era algo bien importante y ver como lo echaban de lado aquí le dio un pequeño cosquilleo malhumorado. Una extensa sonrisa poco compasiva se extendió en su rostro volviéndose luego una pequeña mueca.

—Bueno, no es como si pudiera irme tras perder de vista a mi Delta enamorada y su omega.

—U..uhmn, sí, sígame Alfa Danvers, es por aquí.

[...]

—Eres tan hermosa... ¡No sabes cuánto le rogué a la Luna poder encontrarte!

—Y yo... sino hubiera sido por la Alfa Luthor, ¡Jamás te hubiera logrado conocer Alex!

—¿A qué te refieres? Maggie

Ambas lobas habrían parado de corretear por los terrenos Luthor, acurrucandose una al lado de la otra mientras hablaban por medio de su link, uno privado entre ellas sin interferencias. El tamaño entre la omega y la alfa en cuestión de sus lobos era bastante notable, pero adorable a la vista.

—Ella me salvó, me querían ofrecer para matrimonio con la Alfa y si llegaba a ser rechazada por ella...

La omega negó en un pequeño aullido lastimero, sin querer decir nada más por el momento mientras escondía su hocico entre sus patas. Sintiendo a su pareja darle lamida en el rostro en un intento de reconforte. Ignorando el hecho ambas de que se habían alejado de la manada y responsabilidades de la Delta.

[...]

—¿Estás seguro de eso? Lex... hablamos de que dejarás la manada!

—Lena... ya no soy nadie aquí, no contribuyo... solo soy un peso muerto, un estorbo.

—Sabes que si te vas... te volverás un Rougue, serías presa fácil de los cazadores.

—Deja de preocuparte tanto por mi, hermanita. Vive tu vida, busca a tu pareja! Eres ya una buena líder, papá estaría orgulloso de ti...

Una pequeña sonrisa se formó en los labios de ambos, fundiéndose en un cálido abrazo. De esos que pocas veces se daban, aunque ambos sabían muy en el fondo que este quizás seria el último para ambos.

—Partire hoy mismo, Alfa Lena. ‐sonríe con algo de cariños disfrazada en burla-

—Lex... antes de que te vayas, quédate a cenar hoy. Tenemos visita de una manada hoy,  puedes partir mañana si quieres. Solo, quédate una última vez.

[...]

—Tienen un muy bonito pueblo, Delta  Sam. Hacen un increíble trabajo aquí.

—Gracias Alfa-

—Llámame Kara, sin formalismos por el momento, me haces sentir vieja.

Una pequeña risa escapó de los labios de la de Kripton, mientras suspiraba y miraba al cielo algunos segundos. Ambas se encaminaban hacían la casa principal, lugar donde cenarian cuando la noche cayera.

"Alex, vamos a comer... trae a la chica y tu trasero aquí, ahora."

Usando su link la Alfa de la manada Kriptoniana llamó a su hermana, con una pequeña sonrisa en sus labios al recordar que por fin su hermana había conseguido a su pareja destinada. Al menos una de ellas lo había logrado.

—Mi Delta esta por venir ya junto a vuestra omega, no tardan en llegar.

—Bien Al... Kara, tomamos asiento? Hay varias cosas que me gustaría hablar sobre su manada híbrida.

—Claro! Digo, ustedes tienen una manera similar a la nuestra en su manada...

Y así ambas empezaron hablar sobre sus manadas, una rogando para que su Alfa llegara cuanto antes y otra interesada en la información que se le proveía.

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