El monte

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Antes de convertirme en mujer tuve pies descalzos, sucios y cabellos piojosos.
El encuentro con el enano fue una pequeña aventura que conté. Me pasó más que eso. Cuando fuimos al arroyo con mis tías para lavar ropa y ver chicos bellos nos detuvimos en una orilla para friccionar esos trapos. Dos o tres autos estaban allí con música latosa de los ochenta.  Ellas hacían un ritual entre lavar y mirar. Yo quería estar con mi mamá, pero su trabajo no nos permitía. Me quejaba un poco y me retaban haciéndome callar. Debía lavar las prendas menores con jabón blanco hasta que espume. Esos hombres, se tiraban al río a nadar y el festín visual iniciaba. Yo adoraba sus anchas espaldas o su voz tosca y masculina. Conforme pasaban los días yo disfrutaba de está locura momentánea.
Un día...
Una tía se enojó porque uno de ellos llevó a una novia, no quiso lavar más y se encerró días a llorar.
Otra tía la más pequeña se encerró en el auto, se escuchaba música rock, pero no podía ver qué sucedía realmente. Me quedé sola con un montón de ropa por fregar y con miedo de la soledad. Se lo diría a mamá.
Momento después regresamos a la casa, estoy cansada de tanto andar cada tanto doy un bramido de disconformidad. Aquí en el monte todo cuesta el doble.

Aura: Basada en hechos reales ❤️💓💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora