Alfarero

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JOAQUIN

Azul y yo íbamos caminando por las bonitas calles de la ciudad. Después de tanto desespero por parte de mi rubia amiga de querer venir al final acepté. Azul investigó de varios lugares en los que se hacen los trabajos artesanales, logró encontrar un bonito pueblo pero no quería venir sola y aquí estoy.

Pareciera como si nunca hubiera visto trabajos hechos a mano, traía mínimo tres bolsas con diferentes cachibaches que encontró en lo que llevabamos de camino. Veía un animal hecho en madera en miniatura y lo compraba.

- No me veas así Joaco

- ¿Cómo?

- Me ves como si fuera una compradora compulsiva.

- ¿Y no lo eres? - me mira indignada.

- Que malo eres todavía de que te invito me insultas.

- Primero, yo no quería venir y segunda, nunca te humillé exagerada.

- Como sea, quiero comprar unos adornos de barro para mi sala pero ninguno me convence.

- Puedes... - no terminé porque unas chicas pasaron en medio de nosotros empujandonos. Ya sabía lo que vendría después.

- Hijas de la chingada ¡FÍJENSE ESTÚPIDAS!

La peliroja volteó a vernos, no parecía enojada a cambio de su amiga castaña.

- ¿Cómo nos llamaste? - se acercó a Azul fulminandola con la mirada. Mi amiga me aventó sus cosas en mi estómago sacándome un poco el aire. Azul caminó hasta ella.

- Les dije fíjense estúpidas - habló cerca de su rostro amenazante.

- ¡Okay! - llegó su amiga a interrunpir agarrándola del brazo, yo hice lo mismo con Azul - Disculpen a mi amiga es un poco problemática.

- ¡Oye!

- Cállate, sabes que es cierto. Me disculpo por parte de las dos este incidente no volverá a pasar.

- ¿Y a dónde iban corriendo? - me atreví a preguntar, Azul y la otra chica ya estaban más calmadas.

- Hay unos chicos que están buenísimos en uno de los locales. Ellos hacen alfarería y verlos mover el barro con esas manos es tan... exitante - habló extasiada. Azul y yo nos removimos incómodos. La chica miraba al cielo como si lo estuviera sintiendo.

- ¿En dónde están - miré a Azul sorprendido - Es que quiero unas cosas para adornar la sala de mi casa solo eso - trató de excusarse.

- Vamos, los llevaremos.

Iba a poner resistencia pero Azul ya me llevaba casi corriendo detrás de las chicas con las que casi se pelea.

Llegamos a una pequeña casa, estaba una cortina en la entrada como si fuera la puerta. Azul no dudó en entrar y por obligación también entré.

Habían varias repisas con diferentes cosas hechas de barro, supongo que hechos por ellos. Había gran variedad entre tarrones, ollas, tasas, platos. Todo estaba bien cuidado.

No había mucha luz, por lo que nos explicaron, tratan de mantener el calor para que el barro no se estropeé.

Al final había una multitud de chicas en bola, la mayoría tenía su celular en la mano al parecer grabando. Me sorprendía ya que el único chico... era yo.

- Háganse a un lado urgidas - gritó la chica peliroja que lleva por nombre Tamara según nos dijo. Su amiga se llamaba Karla

Todas la chicas la miraron enojada y ella para provocarlas las empezó a empujar para que nosotros pudieramos pasar y estar adelante.

One Shots | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora