Tan Solo Un Recuerdo

Capítulo 8

Estoy sentada en la orilla de la playa viendo como las olas se rompen al tocar la arena; el sol está caliente ya casi es momento del atardecer; después de irme de la casa de Everett me dirigí de una vez a la mía, me aliste lo más rápido que pude antes de que Liam me viera y agarre la moto de él

Después de andar durante dos horas por la carretera llegue aquí, esta playa tiene un significado muy especial para mí, tiene la mayoría de mis mejores recuerdos con Connor, cierro mis ojos tragándome las lágrimas que intentan escapar de ellos dejando que el aire fresco golpee contra mí, era nuestro lugar favorito; ya no quiero llorar más, lo extraño tanto pero ya no puedo, tengo que ser fuerte por ambos

Para que Liam no se preocupara por mí le iba a mandar un mensaje avisándole que estoy bien y que no se preocupara pero caí en cuenta que no lo traje y sobre todo no sé dónde está, quizás en el alboroto de ayer se me cayó en el bar o lo dejé en la casa de Everett, quizás más tarde pase a ver si fue ahí donde lo dejé.

Desde que llegué mi cabeza no para de darle vueltas a lo mismo, mi sueño, no se porque razón, pero lo sentí tan real, en estos momentos no encuentro explicación alguna para eso pero lo sentí, ¿y si mi sueño no miente? ¿Si realmente no fue un accidente?, cuando me dejó lo llegue a pensar e incluso lo juraba, pero después me convencí que solo era porque no aceptaba su partida, aunque también está el encapuchado, Everett lo vió lo que quiere decir que no lo aluciné y mucho menos lo soñé.

Ahora que lo pienso la policía no me interrogó y por lo que sé a los demás tampoco, la verdad es que no se si así es el procedimiento policial porque solo lo he visto en películas, pero creo que por lo menos a los más cercanos a Connor nos debieron interrogar o algo.

Sé que recordar esto no me va a ayudar en nada, sin embargo algo en mí no me lo permite, creo que estar sola con mis pensamientos me afecta bastante; me levanto sacudiéndome la arena que me quedó en el trasero; no traje bañador por lo que me empiezo a meter al agua con la ropa puesta, hasta que me llega a los hombros.

El agua está fresca y cristalina, me volteo a ver los pies y en medio de ellos hay una concha, creo que la más hermosa que he visto, tiene muchos colores, pero los que predominan son el verde y el gris, me siento casi que hipnotizada por ella, agarro aire e impulso sumergiéndome hasta llegar al fondo, cuando la logro agarrar salgo a la superficie; estoy tan embobada admirando sus colores que no veo la ola gigante que me golpea arrastrándome y hundiéndome como si no pesara nada, como no pude agarrar aire a los pocos segundos siento como me quedo sin el, comienzo a intentar nadar con todas mis fuerzas a la superficie a duras penas logro salir a la superficie notando que me aleje mucho más de la orilla de la playa, pero me alivia saber que no me estoy ahogando, aunque el alivio dura poco, ya que otra ola y mucho más grande que la anterior, vuelve a hundirme con mucha más fuerza, estoy empezando a sospechar muy seriamente que el mundo quiere matarme, empiezo de nuevo con la lucha de intentar nadar para salir, pero lo único que logro sacar fuera del agua es una parte de mi mano, empiezo a quedarme sin nada de oxígeno, siento que mi cuerpo está mucho más pesado y con eso una sensación sofocante que hace que me rinda empezando a tragar mucha agua mientras dejo que el agua me siga guiando cada vez más al fondo, cuando estoy sintiendo que la vida esta dejándome y que no hay nada que yo pueda hacer para salvarme, veo algo que se va acercando poco a poco en mi dirección, solo falta que Diosito aún no esté satisfecho y de paso haya dicho "qué más da un tiburón no es nada".

Cuando está cerca de mí no puedo poner atención de que es, aunque no es como que pudiera ver mucho, ya que en su mayoría lo que veo son manchas negras, cierro mis ojos esperando dos cosas: la primera ver la luz blanca al final del túnel o segundo sentir una fuerte mordida - aunque en esta playa no se si hay tiburones - ni estando al borde de la muerte dejo mis idioteces; al final no siento ninguna de esas dos y lo que siento es donde un par de brazos me rodean la cintura empezando a nadar, yo aún siento que si no salgo pronto del agua hasta aquí quedé.