Apego negativo y positivo

6 3 0
                                    

En la naturaleza del ser humano se encuentra la capacidad de apegarnos. Y, en diversos contextos o grados, el apego no es negativo.

Por ejemplo: si desarrollamos un vínculo emocional con un puesto de trabajo, generaremos cierto nivel de apego, el cual nos puede ayudar a valorar algunas cuestiones (como podría ser el trato con la gente, la confianza, cierta estabilidad…) a la hora de tomar una decisión sobre si dejarlo o cambiar de trabajo. No todo es pensar de forma analítica y racional; el aspecto emocional es vital en la vida del ser humano, así que esas razones hay que tomarlas muy en cuenta.

Esto también nos ocurre con las personas. Los vínculos emocionales desarrollan cierto apego. Es por eso que escuchamos ciertas frases como “le he tomado cariño”, para definir esa unión emocional con alguien, que aunque pueda no ser profunda, sí que establece una conexión la cual ha generado cierto apego.

Y, como decía anteriormente, eso no es negativo.

El problema llega cuando el nivel de apego es alto. Hablar del apego es todo un tema; pero para el caso que nos ocupa, se podría resumir en que el apego se vuelve nocivo para una persona cuando éste se genera de forma desmesurada.

¿Y qué es lo que hace que ello ocurra? La dependencia.

Generamos dependencia cuando algo o alguien nos importa demasiado. Y esto ocurre debido a la valoración que le damos, la cual suele ser muy alta porque, en nuestro interior, se generan vínculos que nos aportan algún tipo de beneficio.

Sin beneficio no hay dependencia. Y sin dependencia no hay apego. Grábate esto a fuego, porque es clave para entender el concepto del apego.

Nos apegamos porque dependemos y obtenemos un beneficio de elloCLICK PARA TWITTEAR
Un ejemplo muy claro de apego, y común, es el de las relaciones de pareja. Más allá del amor que pueda existir entre dos personas, los vínculos de apego son muy comunes debido a cómo nos sentimos al estar junto a ellas.

Existe un apego ‘bonito’, y éste podría ser el relacionado con los sentimientos de amor que tenemos hacia la otra persona. Estos sentimientos nos hacen experimentar estados de dicha; a nivel biológico, nuestro cuerpo genera sustancias químicas como la dopamina, adrenalina y norepinefrina.

Pero tenemos también la otra cara de la moneda. Una persona puede confundir el amor con necesidad. Alguien con baja autoestima podría tener la necesidad de tener a su lado a alguien que le aporte seguridad. También que le dé muestras de cariño (porque mucho le falta en su vida, sobre todo de sí misma). Esto hace que se cree un vínculo de dependencia hacia la otra persona, debido a que obtiene beneficios de esa relación.

Está claro que en cualquier relación siempre habrá beneficios; de hecho, la asociación no se formaría si las partes no salieran ganando algo. Pero una cosa es mantener una relación porque es conveniente, y otra muy distinta tenerla porque dependemos de ella y la necesitamos para subsistir (desde el aspecto psicológico y/o emocional).

Let go Donde viven las historias. Descúbrelo ahora