Me iré al infierno.

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Punto de vista Masculino.

Estábamos discutiendo.
Bueno, mas bien ella estaba casi gritándome sobre algo y yo solo la miraba con la mejor cara de póker que tenía.
Cuándo se cansó de mi gélida mirada, y mi ley del hielo, se calló y dijo, de la manera más venenosa y áspera posible:
-Vete al infierno- ella giró sobre sus pies, dándome la espalda lista para irse. Yo la tome de la muñeca y la hice girar.
En cuanto ella estuvo frente a mí, quité mi mano de su muñeca y puse ambas manos en sus mejillas, en menos de un pestañeo.
Y la besé. Sin más.
Sin esperar una reacción, sin esperar que ella también me besara (cosa que hizo).
Me separe de ella unos segundos después.
-Listo. -le hable jadeante mientras le sonreía- estoy en el infierno.
Y me fui.
Porque no quería explicarle que sabia que en cuanto mis labios tocaran los suyos yo estaría hundido, que estaría en el mismísimo infierno...
Y que no habría vuelta atrás.


Lo que pensaba mientras estaba absortaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora