REQUIEM

Capítulo 1 "Tiempo"

"cuando te enamoras le das a esa persona el poder de destruirte".

Arima san, ha estado conmigo desde mi primer recuerdo; en mi prisión acompañándome, trayéndome libros. siempre presente, siempre cuidándome como lo haría un padre. pero algo comenzó a cambiar sin previo aviso; cada semana, cada día me sentía mas absorbido por el. bastaba su sola presencia para que mi corazón latiera con mas fuerza, ya no podía verlo a los ojos sin sentir que el mundo giraba a mi alrededor, mis dorillas debilitarse. he estado evitándolo, se que se ha dado cuenta pero como es habitual en el me da mi espacio.

en la ventana la luna llena tenia ya una rotundidad de anunciadora de desgracias. cuando tocaron a la puerta y al abrirla me encontré con Arima san cubierto de sangre.

- esta lleno de sangre.

- si, mucha sangre- respondió mirándome como solía hacerlo.

lo invite a pasar, le quite la bata naturalmente mis manos temblaban mientras lo hacia.

- Arima san, ¿Por qué no toma un baño?- le sugerí sin mirarlo- tengo un cambio de ropa suya de la ultima vez que vino.

-esta bien.

le entrega la ropa y entro al baño. yo me quede revisando unos documentos de una investigación. no lograba concentrarme de una investigación. no lograba concentrarme, el solo pensar que Arima san estaba desnudo en mi baño me ponía bastante nervioso. no se cuanto tiempo estuve trabajando de disipar mis pensamientos impuros 

-Haise he terminado, ya puedes entrar tu- dijo tocándome el hombro.

-¡Arima san no me asuste!

-¿revisando pruebas?

- si, aunque no encontró conexión entre ninguna.

- déjame verlas un momento

-claro aquí tiene -le extendí los documentos - bueno estaré bañándome.

- esta bien.

cuando salí, Arima san me miraba fijamente, su rostro no expresaba emoción alguna. no he podido olvidar la mirada de sus ojos, la sensación de sus labios sobre los míos, de sus manos sobre mi piel. esa noche me deje llevar por la pasión y el deseo, sabiendo que al hacerlo no habría vuelta atrás. solo podía amar a Arima san, solo le pertenecería a el.

era feliz, era amado por la persona que amaba, contaba con muy buenos amigos, mi vida era perfecta hasta ese día espere a Arima san fuera del CCG quería darle una sorpresa pero al ver que tardaba fui a su oficina. y lo que escuche destrozo todo. todo era mentira, su amor, sus caricias, sus besos. todo era para mantenerme bajo control comiendo de su mano solo me conservaba para sus usos siniestros, salí corriendo con el corazón destrozado.

al día siguiente apareció en el Chateau como siempre, quería gritarle, odiarlo pero no puede. lo abrace aunque esto me destrozaba mas, me aferre a la mentira de nuestro amor. sus manos quemaban mi piel cada vez que me entregaba a el. me hundí en esa patraña que hizo mi amor.

lo sabia que era una emboscada del Aogiri aun así entre en aquel lugar solo quería morir ya no soportaba mas el dolor de mi amor traicionado. con cada herida mi conciencia se desvanecía hasta que cerré mis ojos para siempre.

***

cuando desperté me encontraba en una habitación de hospital; el olor antiséptico que quemaba las fosas nasales. estaba vivo, no lo comprendía ¿Por qué me había dejado vivir? entonces entro el dios de la muerte del CCG <<Haise te he traído flores>> dijo con una voz monótona. "Haise" ese no es mi nombre ¿estaba jugando conmigo? ¿me estaba probando? apreté los puños y no conteste no seria parte de su juego. me tomo del mentón obligándome a mirarlo, sentí asco me contemplaba con ternura e incluso se podría decir que con amor.

durante el tiempo que permanecí en hospital venia a visitarme todo los días, me traía libros o flores. no comprendía porque lo hacia, cada vez me convencía de que me confundía con alguien mas, siempre me llamaba Haise. pero después de que salí de terapia intensiva vinieron a visitarme mas personas que me revelaron el enigma de la vida Sasaki Haise. no era mas que una herramienta que Arima creo usando mi cuerpo aprovechando la ausencia de mis memorias. lo que me seguía molestando era no entender porque cuidaba tanto de Haise, si solo era una herramienta.

una vez que me dieron de alta del hospital me llevo a su departamento; era simple y monótono como el. cuidaba de "Haise" de cualquier cosa; de la luz, del ruido, del polvo como si fuese una rosa en la edad del invierno. entonces decidí hacer un experimento, fingí que me dolían los ojos y el resultado me dejo sorprendido. Arima kisho el dios de la muerte del CCG estaba preocupado, me abrazo con melancolía y delicadeza recostando mi cabeza recostando mi cabeza sobre su pecho. llegue a la conclusión de que Haise era una especie de mascota para el.

sin embargo a media que pasaban los días descubrí que no era así. se que lo que voy a contar podría parecer mentira porque yo también quería creer eso. disfrutaba una sesión de lectura cuando irrumpió en "nuestra" habitación un hombre de nombre itou. todo iba bien, era un tipo amable y gracioso hasta que se me ocurrió la grandiosa idea de sonreírle; un grave error. comenzó a percibir una inexplicable sensación de frialdad de aquel rostro perfecto de calma y de silencia, que termino por ahuyentar a itou. y ahí en aquella habitación que era iluminada por una triste y misteriosa luz, tuve que recurrir a una cita que leí alguna vez.

el hombre que es dueño de si mismo, 

puede poner fin a un dolor con la misma

facilidad con la que se inventa un placer.

cada beso, cada caricia con la que cubría mi cuerpo eran como espinas incrustándose. pero lo peor vino después cuando introdujo lentamente sus dedos en mi, mi cuerpo se estremecía involuntariamente, mordió ligeramente el lóbulo de mi oreja. quería escapar de aquellas grotescas emociones pero entre mas lo intentaba mas se hundían sus dedos en mis entrañas. entonces algo inesperado sucedió de mi boca salió un sonido desconocido para mi pero no tuve demasiado tiempo para pensar en ello. reemplazo sus dedos por algo que comenzaba a desgarrar mi interior cada vez mas profundo provocando mas de esos sonidos. deteniéndose solamente cuando un liquido caliente inundo mi interior. me sentía tan sucio y humillado en ere momento hasta que un rayo de esperanza cruzo por mi mente al escuchar sus palabras.

- di que me amas Haise - su voz me llego en un susurro suplicante.

esta era la manera en que yo podía destruirlo, vengarme por Anteiku. lo pase mis brazos detrás de su cuello y lo bese inocentemente y pronuncie aquellas palabras, mi primeras (mentiras) palabras de amor.

- solo puedo amarlo a usted Arima san