|Capítulo Uno|

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|Izan Dangger|

Te amo Izan.

—¿Quién es Danáe?—la pregunta de Arthur me saca de mis recuerdos, puedo sentir lo incómoda que se pone Stephanie a mi lado, puedo ver como todos evitamos mirarlo.

—Es mi mate—respondo, mi voz saliendo tan fría como el hielo—Y es la única persona que tiene el poder para salvarnos—reconozco. Todos en la mesa me miran con preocupación, excepto Arthur.

—¡Oh genial estamos salvados!—exclama con una expresión de alivio—¿Y en donde esta?

—Muerta—responde Beatriz, una sirena envidiosa—¿Qué?, es lo más seguro hace años que no sabemos de ella, a lo mejor y ya hasta murió.

—Créeme Bea si ella estuviera muerta yo no estaría aquí.—le respondo secamente.

—Izan cariño, Danáe es una bruja muy poderosa lo admito, pero ella pudo sentir como te revolcavas con Stephanie —sonríe con malicia—Y ella siendo tan noble y bondadosa pudo romper su unión y suicidarse, no me mires así, sabes que es la verdad—se recarga en su silla y cruza sus piernas, la malicia en sus ojos violetas no desaparece.

No, ella sería incapaz de hacer eso, pero que estoy diciendo yo la engañe, yo la use... Yo no cumpli mi promesa. La defraude y Danáe tiene todo el derecho de romper el lazo que nos une.

—Dices que aun están unidos ¿no?—me pregunta Arthur con una mano en su barbilla.

—Si, ¿por qué?.

—Porque pueden hacer un hechizo de rastreo, usando tú sangre—me señala—Si están unidos hasta el alma lo más seguro que un poco del poder de ella esté en ti al igual que su sangre.—explica recargandose en su silla y cruzando sus brazos.

—¡Claro! —exclama Travis—Como no se me ocurrió antes, le pediré a Rosalie que lo haga. La junta terminó. —y sin más desaparece en una nube azul.

Veo como todos salen de la sala pero Arthur tiene la mirada perdida y una jota de sudor resbala por su sien.

—¿Estas bien?—le preguntó pero él no contesta.—¡Arthur!

—Eh, si, si—se levanta de golpe—Solo es cosas de Demonios, bien nos vemos luego—y se va corriendo.

Miro a mi beta un poco confundido.

—Desde un principio dije que el oculta algo. —Henrry me mira de reojo para luego avanzar y abrirme la puerta.

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Danaé Baker

Caminar por el bosque se a vuelto mi rutina favorita en estos años, ver como los seres son felices en su mundo, me hace feliz, saber que todos mis esfuerzos  estan dando frutos me hace sentir viva.  Por cada paso que doy un camino de flores me seguie y una vida nueva llega al mundo.

–Mi señora

—¿Si?—no volteo pero puedo sentir sus pasos lentos y calmados, así es el bosque de Tabitha calmado y en paz.

—Se ha dado la orden de buscarla., ellos piden su ayuda.

Me detengo al igual que él, miró a mi al rededor viendo como todos los seres exiliados me miran esperando mi orden.

—Mis niños—los miro mientras me elevo gracias a mis a las blancas, a una altura para verlos mejor—No somos seres que guardan rencores, y por eso vamos a ayudar en todo lo que podamos, traiganlos a mi, pongan sus mejores desafíos, si ellos demuestran ser nobles y voldadosos pasarán sin problema, pero si no jamás podrán poner un pie en Tabitha—alzó mis manos al cielo y congurando un hechizo indetectable el bosque que antes era verde pasa a ser negro y descuidado.

Todos los seres exiliados entienden mi orden y complen con su tarea.

Cuando vuelvo a poner mis pies en la tierra, lo miró.

—Traelos a mi.

Él me mira, hace una pequeña reverencia y parte.

—¡Despierta zorra!

Un dolor en mi estómago hace que me levante de golpe y me dé cuenta de que todo fue un sueño.

—A llegado el momento de que yo triunfe, y tú me vas ayudar.—sus ojos brillan volviéndose rojos y su sonrisa se ensancha más.

Y a mí solo me queda resignarme a esta vida de mierda.

Maldita sea el día en que ella me encontró.

***
Algo confuso pero en poco tiempo entenderan de que va la historia.

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⏰ Última actualización: Jan 26, 2021 ⏰

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