Es viernes, son las tres de la madrugada, Rayder aún no llega. Salió con sus amigos de fiesta como cada semana. Sé que esto no acabará bien.
Tomo la sábana con más fuerza entre mis dedos y cierro los ojos con intensidad rezando en silencio para que no llegue, para que se haya quedado a dormir con alguno de sus amigos, que haya desaparecido del mapa, que no haya existido nunca y solo haya sido fruto de mi imaginación.
Escucho el sonido de las llaves fuera de casa, mierda. Se le caen, después de unos instantes vuelve a intentar abrir la puerta.
Me preparo mentalmente, empiezo a temblar, el sudor no tarda en hacer acto de presencia, mi respiración se acelera. Se supone que ya debería estar acostumbrada.
Abre la puerta. Cierra de un portazo que retumba en toda la casa.
Escucho que murmura, está borracho. Se acerca torpemente, cada vez más.
Me tiembla el alma.
Abre la puerta de golpe. Me hago la dormida. Quizá haya bebido de más y no se encuentra agresivo.
Empiezo a contar, 1,2, entra a la habitación, 3,4, no quiero estar aquí, 5,6,7, su respiración golpea mi mejilla, 8,9,10, Un golpe justo en mi mandíbula hace que sienta náuseas.
-¡No te hagas la dormida perra!
Me jala del cabello y me levanta para mirarle a los ojos.
-¿Crees que soy estúpido?
Mis ojos se llenan de lágrimas al instante.
Otra vez no por favor, otra vez no.
Suena la alarma y abro los ojos de golpe.
Estoy empapada en sudor, me cuesta respirar. Otra vez los recueros. Intento no atragantarme con mi propia saliva. Los malditos recuerdos no me dejarán jamás.
Miro a mi alrededor asegurándome de que estoy sola.
Vuelve a sonar la alarma. Debo levantarme.
Estoy casi en un ataque de ansiedad, siento que es imposible que me mueva de la cama, pero aún así lo hago, no me queda de otra.
Siento un vacío en el estómago, un vacío muy profundo, un vacío que me devuelve a la realidad, mi triste realidad.
Me levanto, abro la ventana, un golpe de aire frío azota mi rostro. Observo la fría calle, los coches pasar, la gente subir y bajar ajetreada, cada quien con sus problemas, sus miedos, sus fantasmas, sus traumas, y aún así intentando salir a delante.
Cierro la ventana y me encamino a la ducha, me detengo en el espejo y me observo detenidamente, me pregunto porqué yo no puedo ser como esas personas valientes, que luchan a pesar de estar rotos, que salen a delante, que llegan a volar con un ala y lo consigue, porqué me quedo estancada en el mínimo bache que me alcanza, porqué no soy fuerte.
Silencio.
Quiero gritar.
Silencio.
Quiero llorar.
Silencio.
Quiero salir de esto.
Silencio.
Quiero encontrarme.
Silencio.
Estoy perdida.
Me lavo la cara con agua helada. Me visto y me vuelvo a observar. Nadie diría que estoy tan destrozada por dentro, podría pasar desapercibida entre la gente normal.
Bajo las escaleras.
Silencio.
Amaba el silencio, cuando vivía con Rayder, ansiaba el silencio, siempre eran gritos, insultos, discusiones, nunca encontraba ese silencio.
Ahora lo odio, no puedo con más silencio en mi vida, me consume, me mata por dentro.
Silencio.
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Hola a todas,
No es un capítulo, pero es algo que escribí con angustia después de saber que alguien ha estado viviendo esto.
¿Alguna vez habéis sufrido maltrato o conocéis a alguien que sí?
Un fuerte abrazo. Esta pequeña historia está empezando.
Gracias por vuestro apoyo, realmente me dais vida.
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LETAL © (PAUSADA TEMPORALMENTE)
RomanceElla, su ascenso. Él, su salvavidas. Ella, lo necesita. Él, la necesita. Allisson, una joven de 25 años, es maltratada, dañada y atormentada por su novio. Cansada y sin muchas salidas decide acabar con todo su sufrimiento y parar el rumbo de esa loc...