Un regalo para la diosa

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Chang'e

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Chang'e

Cuando el conejo de jade me dijo que podría visitar la tierra por un día, no dudé ni por un segundo en aceptar su oferta. Ha pasado mucho tiempo desde que fui enviada a la Luna por tomar aquella poción de inmortalidad, sé que las cosas serán diferentes y probablemente no encuentre ni un rastro de Houyi; pero aún así, si tengo la oportunidad de volver a aquel lugar en donde hicimos tantos recuerdos juntos, entonces habrá valido la pena.

Pero antes de irme, el conejo me advirtió algunas cosas: primero dijo que el portal hacia la tierra solo estaría abierto por veinticuatro horas, es decir, un día entero, el mismo en el que se celebraba cierta festividad en la tierra, del cual se obtenía una gran cantidad de energía positiva que se usaría para abrir el portal y hacer posible mi corta visita a su mundo. La segunda advertencia fue que no debía revelar mi identidad como diosa de la luna o tendría problemas.

—¿Estas lista? —me preguntó antes de permitirme cruzar el portal

—Sí. Si puedo ver aquel lugar por lo menos una vez, será suficiente para sentir que estoy junto a Houyi. Me aseguraré de hacerlo por él —respondí, evitando verme nerviosa. Lo cierto es que tenía miedo de no poder lograrlo y echar esta oportunidad a perder.

Me acerqué al portal deslumbrante de luz y miré una sola vez hacia atrás, antes de ser absorbida completamente por este.

—Buena suerte, mi diosa, este es mi regalo para ti —el conejo sonrió al despedirme.

Desperté segundos después en medio de una cama de flores en un hermoso jardín, el cielo aún estaba oscuro y se podía ver ligeros tonos luminosos que irradiaba la luna y eran reflejados por un extraño tejado de cristal en aquel lugar. Me levanté sintiendo mi cuerpo ligero, el vestido de seda que llevaba al pasar por el portal se encontraba en perfecto estado, a pesar de que sentía que había caído de una gran altura para llegar ahí. Decidí salir de aquel lugar y ver los alrededores, aprovechando la temprana hora en que no había casi nadie cerca.

Fue asombroso ver tantas cosas diferentes, edificaciones que parecían palacios de cristal radiante, grandes esculturas de extrañas figuras dotadas de movimiento. Todo lo que veía era extraordinario, tanto que por un momento pensé en quedarme y no regresar; sin embargo, aunque no quisiera sería enviada de regreso al acabar el tiempo. Sacudí mi cabeza para no pensar en ello y disfrutar de lo que vivía en el presente; fue entonces cuando escuché una melodía contagiosa que me guió hacia una extravagante fiesta que los humanos llamaban Navidad.


24 de diciembre

11:59 pm

Haru

La noche buena jamás me había llamado tanto la atención, sus canciones y tradiciones de obsequios no eran lo mío. Por esa razón decidí irme a dormir en lugar de esperar una fiesta que no llegaría. Cerré la puerta de mi habitación y las ventanas para no tener que escuchar el ruido de los fuegos artificiales, pero justo antes de que pudiera correr las cortinas pude ver algo asombroso caer del cielo.

Antología "Navidad entre dioses"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora