El pecado de mentir

Capitulo V Miedo

"A menudo el temor de un mal nos lleva a caer en otro peor"
Nicolás Boileau.

Una bomba azoto mi razón cuando escuche salir de sus labios el nombre de la pelinegra. Sentí su corazón débil palpitar con gran rapidez, y pude notar como el aire se le escapaba por el nerviosismo.

-Hola Hermione - susurro cerca de su oído, mientras yo la mantenía aun entre mis brazos. - Veo que me recuerdas - tomo un riso de su cabello y lo enlazo entre sus dedos.Andy y Carol que se habían percatado de lo tenso de la situación desalojaron a aquellos que miraban y cerraron la puerta de la zona de balcones, dejándonos solos a los 3.

-¿Qué haces aquí?.... - sentí como una de sus manos estrujo mi camisa y he de admitir que eso me puso muy tenso.

-Trabajo aquí - me miraba fríamente y con desagrado, al notar que su charla incomoda había provocado que yo la apegase más a mí.

Tenía miedo, la sentía estremecerse entre las fibras de mi camisa ya arrugada. Quería llorar, lo note, pero soporto el terror de encontrarse con alguien de su pasado que sin dudarlo, la odiaba.

-¿No piensas decirme anda? - nuevamente se acercó a ella - Escuche que estas ciega - soltó una risa burlona - ¿Qué le paso a la sangre sucia?

Los orbes cafés de Hermione parecían querer abandonar sus canales, apenas y escucho esas palabras. Cobarde ante que Pansy me descubriera, me mantuve en silencio amargamente, por el egoísmo de querer retenerla junto a mí, aunque fuera gracias a una mentira.

-¿En dónde están tus amigos eh? - giraba alrededor de los dos, mientras con un dedo me advertía de que no hablara. - ¿Cómo se llamaban? Harry, Ginny, Ron...

Escondió su rostro en mi pecho y temí que pudiera escuchar el ruido atormentado de mi corazón. Estaba agotada tanto física como mentalmente y yo tenía que sacarla de ahí.

-Vámonos - la tome de la muñeca y la jale hasta la puerta de vidrio, si seguía ahí lo más seguro es que terminara llorando

-Oh ¡Espera! - dio unos cuantos pasos y se nos puso enfrente - recordé otro nombre, Draco Malfoy, ¿Lo recuerdas?

No pude verme, pero estoy seguro de que apenas y escuche mi nombre, palidecí. Baje mi rostro para mirarla y ahí me detuve

-Ah no olvídalo, él no era tu amigo - rio en voz baja y se dispuso a caminar a la salida, después de verme con una mirada burlona por su peligrosa travesura

Atormentado comencé a caminar detrás de ella, pero algo se dejó oír.

-No, no lo era y espero no saber de el nunca más en mi vida - apretó sus puños - Por favor sáqueme de aquí - suplico.

-Qué pena - resbalosamente acaricio mi hombro - adiós Doctor - guiño un ojo y se retiró.

Camine junto a ella tomándola de su muñeca derecha, porque sentía que tomarla de una de sus manos podía convertirse en algo muy personal. No hablo después de pedirme que la sacara de ahí.

Abrí la puerta del que era su cuarto, la encamine a su cama y después de asegurarme de que su salud estaba bien me dispuse a salir, pero su voz me detuvo.

-¿De dónde la conoce? - curiosa me interrogaba
-Vino a pedir trabajo hace 3 años, es una cirujana muy hábil - lo que le decía no era del todo mentira, pero la parte que omití de la historia, era la que no me convenía a mí que ella supiera.

-Ya veo - me dio la espalda mientras se recostaba - ¿Y vino sola?

-¿Cómo? - camine un poco hasta la cama

-¿No vino nadie más con ella? Se lo pregunto porque siempre estaba junto a un cobarde

Hubiese deseado no haberme tardado tanto en salir. Estaba claro que ella hablaba de mí.

-Pues no, solo ha venido ella - respire profundamente - ¿A quién se refiere con cobarde? - le pregunte, aunque ya lo sabia

-Ah, no es nadie importante, créame, no es nadie - enfatizo más en la última oración.

-Ya veo, si me disculpa tengo que retirarme.

Sin recibir respuesta alguna, opte por salir de ahí. Siempre supe que me odiaría, pero nunca me imaginé que de alguna manera, doliera tanto.