Shame ||Wen Ning x Lan Sizhui|| COMPLETO

Calidez ~Especial Navideño~ pt.2

-¿De verdad le dijo eso?
"Si, y después se fue"

El hombre sonrió satisfecho de escuchar aquello. Al parecer haber contratado a un stalker para seguir a Zhen FanXing había sido una gran idea, ahora estaba seguro de que podría llegar a los más importantes funcionarios con la imagen de Zhen, sabiendo que no tendría más escándalos de por medio.

Esa semana fue ajetreada, no solo había estado llorando una y otra y otra vez durante días, si no que además debía presentarse a algunas sesiones fotográficas.

-Zhen, felicidades, tienes una cena con uno de los benefactores en tres días. Procura estar presentable.

-¿Con que motivo?

-Firmarás para ser la imagen del partido político en conjunto con la marca, para las próximas propagandas.

No dijo nada más, tan solo pensar en toda ese gente pedante y presumida llamándolo para tomarse fotos le revolvía el estómago.

Su celular no había parado de vibrar desde ese día, YuBin lo llamada cada tanto una y otra vez, enviaba mensajes, correos, no le había respondido no uno solo. Sabía que si le hablaba iba a querer verlo, y no se lo podía permitir.

Esos tres días habían transcurrido con tortuosa lentitud, incluso la noche antes del evento se había embriagado solo en su apartamento, y continuo bebiendo gran parte de la mañana. Para cuando debía presentarse a la reunión, su estado alcoholizado apenas había dejado de ser un impedimento.
Antes de bajar del auto se vacío en la boca casi media caja de mentas y las mastico con prisa.

-¿Me veo muy mal?

-No bebas un trago más allá adentro, por favor.- le pidió su mánager con pendiente a lo que Zhen chasqueó la lengua y bajó noara dirigirse a la entrada del lugar. Aún estaba un poco mareado pero no lo suficiente como para no poder disimular.
No conocía a nadie allí, están lleno de gente mayo y alguno que otro modelo que había visto por ahí alguna vez.
Rápidamente fue interceptado por el jefe de su compañía quien lo llevó a una mesa llena de más hombres que no conocía, ellos hablaban sin prestarle atención o más bien el no les estaba prestando atención, tomando pequeños bocados de comida y ensimismandose en el aburrido entramado de la servilleta frente a él, solo podía pensar en la frialdad que sentía, pero no era un frío físico, era el frío de un vacío profundo y doloroso.
-es como si todo lo hiciera de forma mecánica y automática, no pienso, solo existo- se dijo a si mismo en su cabeza, cayendo en cuenta de que no era más que un títere. Miro a su alrededor, rostros extraños, gente presumida, más interesada en el dinero que en las personas. Odiaba a este tipo de personas, pero allí estaba, sentado entre ellas. Al final había mandado al diablo a su mejor amigo, a su compañero y aunque odiaba admitirlo, a la persona que le gustaba. ¿Y todo por qué? Por cobarde, por qué le había dado más importancia al dinero, a una corporación materialista, que trataba a sus miembros como objetos intercambiables. Y lo peor es que se estaba dejando tratar como tal.

La noche avanzaba y como lo había prometido (o algo así) no había bebido un solo trago de alcohol, pero no podía decir lo mismo de los hombres de si mesa, quienes se ponían cada vez más ebrios. Estaba aburrido y nisiquiera podía usar el móvil, se disculpó unos instantes para ir al baño, sin percatarse de que alguien lo seguía.

Mientras echaba agua en su rostro sintió unas manos tomarle por la cintura desde atrás y comenzar a tocar su cuerpo. Se levantó de golpe girandose rápidamente solo para ver el rostro de uno de los benefactores que le sonreía con sorna. El hombre le acorraló contra el lavamanos.

-Oiga ¿Que rayos le sucede?

-Vamos, niño, esos millones que invertí en tu contrato no son gratis.