CAP 14: UN PEQUEÑO EMPUJÓN

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- ¡Alexis! 

¡Ahh¡ Porque tenía que gritar mi nombre, hizo que el misterio en mí se esfumara. 

¡Marcus! Tengo buena memoria, así que... Sí, me acuerdo su nombre. 

- Ven, aquí te guarde asiento. 

- …

Me dirigí al asiento.

- ¡¿Qué te sucede?! ¡¿Por qué tan callado?! ¡¿A dónde mirabas tan atolondrado?!

- ¿Podrías hablar más alto? Creo que no te llegó a escuchar Lois (sarcástico). 

Se puso rojo y se calló, yo no pude evitar reírme un poco, luego me senté.

- ¿Por qué tenías que decir eso? (Susurrando)

- Jajajja, ¿tú porque tenías que hacer tanto escándalo? 

Se puso rojo otra vez.

En el transcurso de la clase se fue calmando y al finalizar me dijo que iríamos a comer con Lois y sus amigos, pues habían quedado en eso cuando él le contó que no podría recogerme de la fiesta. 

Para la hora de descanso nos dirigimos hacia el lugar de Lois, ella estaba rodeada de sus amigos y conversaban entretenidamente, por lo que Marcus dudaba en acercarse entonces le di un pequeño empujón lo que ocasionó que se cayera encima de uno de los amigos de Lois que estaba más cerca y no era ni más ni menos que él de la fiesta de donde logré escapar. 

Todos les comenzaron a sacar miles de miles de fotos, se habían quedado congelados en una posición muy incómoda y extremadamente vergonzosa, yo no sabía si correr o quedarme a ver lo próximo que estaba por ocurrir. 

- ¡Qué demonios te pasa! ¡Te lanzas así a las personas! (Se aleja con violencia)

- Yyyo.. yo… yo… yo me tropecé creo.

- ¡¿Crees?!

- No…¡no estoy seguro, ¿si?! (Rojo de la vergüenza)

- Espera, ¿desde cuando tú comienzas a gritarme?

- Yo.. yo… Lo siento, ¿okey?

- Tu “lo siento”, no va a borrar todas las fotos que nos acaban de tomar. 

- ¡¿Y qué quieres?! No puedo hacer más que tú ante esta situación, solo fue un accidente, por favor cálmate que yo también estoy igual de avergonzado. 

- Bueno, así que quieres que me calme… Está bien, me calmaré y lo dejaré pasar pero solo si haces algo por mí. 

- ¿Qué cosa?

- ¿Lo harás?

- Pero ¿Qué cosa?

- Tienes que prometer que lo harás aunque no sepas que.
Si no, no podré reconocer que en verdad estás avergonzado.

Hubo un silencio muy incómodo, mi fastidio por su timidez fue lo que me incitó a empujarlo y esto ocasionó esta terrible situación para él, pero en serio tenía mucha hambre. Si está consciente de que yo lo empuje agradezco que no me culpe aunque eso lo ayudaría a salir un poco de esta situación, tal vez debería decir-.

- .... ¡Está bien!... ¡Lo prometo!

Se dibujó una sonrisa algo perturbadora en la cara del otro chico. 

No estoy seguro si fue la mejor decisión…

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