La noche de la verdad©

Capítulo uno. "Vuelta de mis pesadillas"

Capítulo uno:
"Vuelta de mis pesadillas"

En este capitulo. Ella revive sus pesadillas contando lo que recuerda de pequeña. Y sus sentimientos al vivirlo y sentirlo.

Simie Williams:

Todo comenzó una noche de lluvia.

Mí madre no era una buena mujer.

No por que quisiera serlo.

Sino que la vida, no le fue fácil.

Era una bebe de tan sólo dos años, pero podía ver y sentir lo que sentía.

Aquella mujer que "era mi madre" .

Esa noche no podía dejar de llorar, y mi madre me pedía, por favor, que guardara silencio.

Pero era tan sólo una bebe, no sabía hacer otra cosa.

Esa noche mí madre me puso en una canasta, y en una acogedora manta suave.

Sus ojos se encontraban humedos por las lágrimas.

"Te amo pequeña" me susurraba sin parar.

Luego de un par de horas, llegamos a un lugar, un pequeño lugar.

Era oscuro y frío.

Era una especie de orfanato, que no podía leer su nombre.

Sabiendo que no era un lugar acogedor.

Miré a mi madre sin entender que hacíamos hay.

A ella, no le importo lo que pensaba.

Siguió su caminó con sus propias decisiones.

1, 2, 3 golpes en la puerta.

Una mujer con cara de agotamiento y sin fuerzas abrió la puerta de golpe.

"Qué quieres, acaso no te basto la ultima.." se quedo con las palabras en la boca, cuándo miro a la mujer que se encontraba del otro lado de la puerta, con su hija en una canasta.

"Oh, que desea señora" dijo la mujer, mirándome sin cesar.

"vengo a dejar a mi hija, no puedo cuidarla" dijo mi madre entregandome a aquella mujer desconocida.

Lloré sin cesar cuándo mi madre me dejo en manos de esa mujer.

"te quiero pequeña nunca te olvides de quién es tu madre", me dio un beso cálido en la frente, cuándo se separó de mi, mirandome con las lágrimas rebalandose en su mejilla.

一 ¡Mamá, no me dejes! 一Grité desesperada, cuándo abro los ojos, me doy cuenta que me encuentro en el mismo lugar. En el que solía vivir, todo a mi alrededor sigue igual de gris y oscuro.

Miró hacía donde está Emily y Tris.

Duermen Plácidamente en sus camas.

Las pesadillas.

Siempre vuelven con intensidad, haciéndome sentir débil y triste.

Por no poder hacer nada, para cambiar ese día.

Al pasar los años, me acostumbre a estar en este lugar y vivir en el.

A dormir con mis dos compañeras, en el mismo dormitorio.

Por suerte teniamos tres camas separadas de la una a la otra.

Un baño que compartiamos, con ducha caliente y fría.

Una ventana dónde no daba una vista realmente hermosa, pero si favorable.

Teniamos pequeñas pertenencias pero eran nuestras y eso bastaba.

Ropa teniamos poca pero desente, y eso tampoco nos importaba mucho.

Teniamos un techo y dónde comer, aunque no nos gustara, y dónde la dueña Franchesca era una buena persona, con mal carácter.

Los chicos se encontraban del otro lado del pasillo de donde dan nuestros cuartos.

Era un orfanato raro pero acogedor cuando te acostumbrabas.

En total somos 30 chicos, huerfanos y algunos no tanto, mas bien reformados.

La pasó bien dentro de este lugar, gracias a mi pequeño círculo de amigos, aunque aveces no tanto.

Durante dos años, esperé a una família para que me saque de éste lugar, pero nunca paso.

Perdí las esperanzas hace mucho tiempo, la família es mierda.

Cuándo no pueden cuidarte, se dan por vencidos.

Cuándo quieres cariño, solamente se esfuerzan en sacártelo, machacarlo y venderlo.

Todos estos años me esforcé por ser fuerte, encontrar a mí madre y enfrentar la vida que alguna vez tuve pero para eso tengo que empezar un empleó y darle sentido a mí vida.

Te encontrare mamá, me lo prometo cueste lo que cueste.