ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴅɪᴇᴢ

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Yoongi podría decir que aquella noche era la más hermosa que había visto. Él aire que chocaba por toda su cara era helado, estaba tranquilo y sin ningún estrés, algo raro que hasta el reconoce.

Se podría decir que, aunque Jimin lo ha tenido amenazado, se podría decir que esas amenazas no las toma muy en cuenta. No muchos están como él tranquilos, sabiendo que un enano con tan solo un video, su trabajo podría irse al caño. Aunque estaría mintiendo si decía que tener sexo con el menor no era nada  bueno, cuando era todo lo contrario a malo. Era totalmente bueno, se podría decir que era él único chico que no encontraba nada desagradable después de follárselo.

¿Por qué no le quitaba el video que Jimin había grabado de ellos en el baño?

Claramente, Jimin no solo había grabado un video, si no, había grabado todos los encuentros que habían tenido ellos dos y sin excepción.

¿Si Jimin estaba consciente que a él también lo despedirían por caer ante sus encantos?

Jimin le había dicho una vez que estaba dispuesto a sacrificar su trabajo, ya que él lo quiere fuera del empresa por tantas "injusticias" que él hace y no son tomadas en cuenta por sus ex trabajadoras, porque no tienen las suficientes pruebas para demostrar que él hacia ese tipo de cosas.

Pero Jimin, tuvo cerebro y comenzó a hacer grabaciones.

Y a él eso le gustaba, a los hombres que son rudos, con cerebro y que fueran pasivos. Porque Min Yoongi siempre da, no recibe.

Mientras caminaba y estaba profundizado en sus pensamientos, noto que había llegado a la casa de Jimin, antes de tocar aquella puerta, se arregló un poco, oliendo su aliento, viendo que estaba perfecto, tocó tres veces la puerta de Jimin y espero a que él le abriera. Después de cinco minutos, vio como la puerta era abierta de golpe y vio como Jimin estaba vestido con su pijama.

Esperen...

¿Ese era Kumamon?

¡Maldición!

—¿Pijama de Kumamon?—rio, vio como Jimin se miraba y le sonrió.

—¿Y usted Yoongi como sabe que es Kumamon? ¿Acaso le gusta?

Yoongi miró a otro lado sonriente y negó.—Me gusta Kumamon, además Kumamon es reconocido, ¿quién no lo reconocería?

Jimin agarró su mano y lo arrastró dentro de la casa. Sonriendole ante la mirada tímida que el menor le estaba brindando.—Tiene razón, pero ya admitió que le gusta Kumamon, me pregunto como se vería usted en pijama de Kumamon. Se miraría adorable.—sonrió, de repente, un puchero se formó en sus labios.—Pero Yoonie Hyung solo vino a metermela, eso no es justo.

Yoongi se acercó a él y puso sus manos en su cintura y lo acercó más a él.—Hagamos un trato Jiminnie.—el menor asintió.—Hagamos tu petición de ponerme la pijama de Kumamon, solo con la condición de que después de eso, me permitirás hacer lo que quiera contigo. ¿Es un trato?

Jimin lo pensó por un momento y suspiro. ¿Sería justo eso? Pues, considerando que Yoongi no era el hombre que le gustaba comportarse tan sumiso por alguien, pues para él, si era justo y más cuando se trataba de Yoongi.—Es un trato, pero desde ya te digo, que te haré probar todas las pijamas que tengo de Kumamon.

Jimin lo jaló de la camisa y lo llevó hacia su habitación, viendo como el trasero de Jimin, se movía de un lado a otro. Esperen...

¿No estaba usando ropa interior?

Maldita sea, se podría decir que tan solo ese pensamiento, Yoongi sintió su miembro erecto. Bueno, solo tenía que esperar a que se probaran todas las pijamas de Jimin para hacerlo suyo.

Profesor de mamadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora