Justo después de tararear la última oración, el más bajito suspiró con más tranquilidad mientras los restos de desesperación se desvanecían en el aire. Los brazos que lo sujetaban tiraron con más fuerza, y la calidez abrigó su cuerpo completo. Desde la ventana podía verse la nieve cubrir la calle y todo lo que había sobre ésta. Kyungsoo se alegró de poder contemplar una nevada más, cabe decir que el invierno era su época del año favorita. Pero su corazón dio un vuelco al saber que esta vez no estaría solo.