A su edad invocar a un demonio le parecía algo tan interesante, tan irreal. Sentía como hormigas recorriendo su cuerpo lleno de curiosidad, algo en su mente le decía que estaba haciendo algo malo, que se detuviera en ese mismo instante. Pero la adrenalina es tan adictiva, te recorre todo el cuerpo enviando pequeñas descargas que te impulsan cada vez más a hacer aquello prohibido. Casi podía escuchar a algún adulto descubriéndolos y gritándoles todas las cosas que podría llegar a ocurrirles por tratar de invocar a un demonio. Pero vamos, eran las tres de la mañana ¿quién rayos estaría en el cementerio a esa hora? Después de todo ¿que era lo peor que podría pasar? -- La imagen de la portada no me pertenece. Créditos a su respectivo autor: Glaciarkingdom en Tumblr Actualizaciones cada que me acuerdo. Lavdd.
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