Cada persona ha vivido momentos que se quedan grabados a fuego en la memoria y en el alma; que por más que pueda pasar el tiempo, por mucho que la vida trate de dejarlos pasar, nada ni nadie puede borrar su recuerdo nunca, ni borrar el sentimiento abrasador, sea cual fuese, que consumió el alma en aquel entonces.Sencillamente hay cosas que no se olvidarán en la vida, que se atesoran con el capricho de quien no quiere dejar ir un pedacito de sí, la imagen nítida del momento en el que se fue más feliz. Nunca pensaron que aquello podría sucederles, que se enamorarían por primera vez y serían correspondidos, que esos momentos podrían sucederse uno tras otro mientras estuviesen juntos, que esa felicidad desbordante podría convertirse en un estado de ánimo casi permanente al tenerse el uno al otro. Y tampoco pensaron que todo eso podría verse destrozado, que sus vidas quedarían desoladas y que, como animales actuando por instinto, acabarían por volver a buscarse en un último intento de recuperar lo perdido.