Santiago y Victoria están destinados a amarse, pero aún no lo saben, ese día en que sus vidas, debieron cambiar para siempre. Era un día lluvioso y el autobús escolar no tomo la previsión que Santiago venía distraído y no se percató de su exceso de velocidad. Victoria por otra parte, estaba luchando con un dolor de cabeza que no la dejaba presentar el último examen que la dejaría libre para comenzar las tan ansiadas vacaciones, se levanta para pedir ir al servicio médico pero la profesora le dice que debe esperar finalizar el examen no había terminado de hablar cuando Victoria se desmaya ante toda la clase. Ambos son ingresados en la misma institución hospitalaria con un delicado estado de salud, que los mantiene en estado de coma y es allí, en ese estado en el que se conocen.