¡Dios santo! mira ese abdomen, perfectamente trabajado, y esos brazos fuertes que jamás se notan bajo ese suéter tejido que lleva cada día a clases. Jamás me hubiera imaginado que bajo esos lentes y peinado de niño bueno, estaría un chico sexy y deseable, solo puedo decir.. ¡Que bueno está el nerd!