Eran cuatro villanos de una historia mal contada, y como todo villano su sufrimiento era la alegría de muchos. Les tocó pasar por cosas tan dolorosas que se cerraron al mundo y a la idea de felicidad. Y cuando se atrevieron a creer que quizá existía un final feliz para ellos; sus únicos deseos, las únicas personas que no vieron en ellos un monstruo y que rompieron sus armaduras, a quienes se permitieron amar, también los abandonaron. Pero el cuento se terminó, ahora les toca crear su propia historia. . . . Los días pasan y pasan, sin tí ¿Qué podría hacer un demonio como yo sin su ángel? -C.S.E.H.