- ¿Tuviste una pesadilla, pequeño? - el grito de media noche la había despertado haciendo que corriera a la habitación de su hijo, viendo que efectivamente su niño se escondía, con rapidez se acercó a la pequeña bolita envuelta en frazadas y preguntó: - ¿qué soñaste esta vez, mi amor? - No es nada - susurró el niño cubriendo todavía más su cuerpo con las mantas - Entiendo... - agregó su madre, sin embargo, no detuvo sus pasos hasta estar al costado de su hijo - ¿Quieres que te cuente una historia? Una sonrisa se posó en sus labios cuando la pequeña naricita de su hijo se asomó en señal de aprobación, la mujer no tardó en sacar un libro de la mesita de noche y comenzó a leer.