Max consideró ser castigado de la peor manera en que la FIA se le pudo ocurrir... Ser instructor de la academia de pilotos, el lugar donde simples estudiantes se convirtieron en grandes promesas y después en grandes pilotos. Es de ahí donde la batalla por asientos en la F3, F2 y sobre todo, F1 se lleva a cabo. Él, el tricampeón de la F1 tendrá que prácticamente enseñarles a conducir un monoplaza. La vida de Max siente reducirse en un simple maestro sin muchas posibilidades de negarse o se perdería la temporada y más que ello, perdería su asiento si no encontraba a alguien para fingir ante los medios una relación y apaciguar el gran escándalo que hizo.