Un vendaje de culpa se adhiere a Stephen desde que uno de sus amigos falleció. Incapaz de perdonarse, lucha consigo mismo en un silencio abrumador. Gianna está acostumbrada a obedecer, a seguir una rutina de excelencia desde que era niña. Le resulta difícil creer que alguien pueda quererla por lo que es, y no lo que puede lograr. Él ama la música, y guarda un secreto doloroso. Ella baila ballet, y esconde un sueño incomprendido. Él necesitaba sentir. Ella necesitaba vivir.