Confinado y limitado, Canetalín observa sus sueños humedecer tal cual una hoja sobre la lluvia, viéndose enredado en una guerra que no pidió, un plan que no esperaba y un destino que no deseaba, tratando de sobrellevar la intensa mirada de su rey en todo momento, obligado sin saberlo a ser parte de él. "La crisálida", "el recipiente", y más apodos se le atribuyen, ¿podrá liberarse de todas sus ataduras? ¿O qué precio deberá pagar para poder otorgarse la libertad?