Un asesino que, rindiendo una especie de culto a Jack el Destripador, asesina a las prostitutas de las frías calles de Newark. Las pistas son claras, el hombre envía cartas a la policía adjuntando órganos de las mujeres como sus úteros o sus riñones, se ríe en la cara de la justicia y nadie podría pararlo nunca... Nadie, excepto un prostituto. - He decidido rescatar esta historia que llevaba 3 años enterrada en mis borradores. Sinceramente creo que tiene potencial, y espero que os guste.