Después de décadas en la casa del crimen, conviviendo día tras día con las mismas almas atrapadas allí, Tate Langdon ha encontrado a alguien especial en una de las hijas de los nuevos inquilinos. Y tantos años de soledad le han permitido sacar algo en claro: no está dispuesto a dejar que nadie la separe de ella. Absolutamente nadie.