Amanda era una mujer joven, inteligente, astuta y guapa por demás, pero apenas con veintiún años su vida había dado un giro inesperado. Nada le había sido fácil, empezando por su niñez, desde pequeña había tenido que vivir en una casa paupérrima con padres negligentes; su madre era huérfana y sólo tenía a su esposo y a su hija en su vida, había pasado de orfanato en orfanato y era alguien muy inestable, lo cual fue reflejado en su pequeña hija de dos años: Amanda Thompson.