AlmaCorrompida

Debido a opiniones de los lectores (quienes prefirieron el semanario de "Las aventuras de ella") he decidido dedicarme de lleno al escrito antes mencionado. ¡Gracias por sus opiniones!

AlmaCorrompida

¿Qué fue lo que pasó?
          ¿Acaso he perdido la cordura?
          Pues, cuando ese botón desabrochó...
          Me ha brotado una brutal locura.
          
          Una bestia guardada en mi pecho
          Se hizo presente al chocar con su mirada
          Y es que, tanta sensualidad había en su lecho
          Que parecía ser su intención derrocharla.
          
          ¿Cuánto erotismo habrá debajo de esa blusa?
          Pensaba
          Mientras una forma de asediarla me inventaba
          
          Mientras su voz acariciaba mi oído
          Una sensación eléctrica me recorría.
          Y cuando su mano acercaba hacia su pecho...
          Supe bien lo que ella haría.
          
          Y ocurrió,
          Su botón desabrochó
          A la bestia liberó
          Y terminé por romper su blusa
          
          Fue sencillo deshacerme del sujetador,
          Y sus senos precipitaron hacia abajo,
          rebotando y desprendiendo gotas de sudor.
          ¡Ah! ¡Qué dulce sabor!
          ¡Sí! ¡Sabor tan prohibido y suculento!
          Y es que si bien la besaba lento,
          Mi cuerpo se empapó de sudor.
          
          El dulce sabor de sus pezones...
          Y esos firmes glúteos que tanto me excitaban,
          desnudos ante mí se presentaban,
          siendo el deseo de tantos mirones
          
          ¿Y qué más les puedo decir?
          ¡Le he besado todo!
          Desde la frente hasta los pies
          Dese los senos hasta su sexo
          Se los digo sin mentir.
          
          ¡Y soy privilegiado!
          Pues, soy el primero de sus amores
          Soy la bestia que excita hasta sus temores
          Soy yo quien le ama hasta el orgasmo.
          
          Y si bien he tenido miles de aventuras
          Jamás amé a nadie con locura
          Sin embargo, yo amanezco entre sus brazos
          Y no hay  divinidad que rompa este lazo...