SoyRemusPotterHU
Si te soy sincero, hija, creo que esta es mi prueba número veinte intentando transmitirte algo que abarque todo lo que siento por ti. Realmente es tan inmenso que ni sé por dónde comenzar. Supongo que debería empezar por el principio, ¿no? Como toda buena historia, así que aquí voy. Había una vez dos jóvenes completamente enamorados el uno del otro, quienes iniciaban una vida juntos y deseaban encontrar la felicidad plena. Para ello, a pesar de que se tenían entre sí, decidieron adoptar a un dulce niño al que llamaron Percy. El tiempo transcurrió hasta que pensaron en tener a una niña, a la cual nombraron Cassidy. Ambos jóvenes gozaban de alegría y emoción rodeados de sus dos adorables hijos, aunque sabían que algo faltaba en la familia. Fue allí cuando el padre de uno de ellos les presentó a la pequeña que les robaría el corazón por completo: Jillian. Ella era la clave para lograr la felicidad y los dos jóvenes lo sabían muy bien, así que no dudaron en adoptarla y declararla su nueva hija. Fue así cómo la gran familia vivió feliz para siempre, comiendo perdices y esas cosas. Bueno, tal vez el relato suene bastante ficticio ya que faltó mencionar las infinidades de peleas y obstáculos que los dos jóvenes tuvieron que enfrentar para lograrlo, pero en algo está en lo cierto: la pequeña y revoltosa Jill fue quien les otorgó pura felicidad a ambos. Creo que sabes de qué hablo, hija. Tu llegada iluminó nuestras vidas y tu padre y yo estamos absolutamente agradecidos por tenerte con nosotros.
SoyRemusPotterHU
Desde que eras pequeña supe que llegarías lejos, con tu convicción y tus metas. Sabías lo que querías y cómo alcanzarlo. Recuerdo cuando te regalamos tu primer micrófono, nunca te vi tan feliz como ese día. Lo pusiste a prueba todo el mes, tuve que pelear varias veces con los vecinos por sus quejas sobre tu canto y el volumen del parlante pero aún así, nunca dejamos de admirar tu determinación como cantante. Eso es lo que más me gusta de ti, Jill. Te admiro desde el primer momento en el que te vi, con tu sonrisita traviesa y tus ojos soñadores. Sé que me estoy salteando la parte más importante que es desearte un cumpleaños perfecto, pero ya llegaré allí. Quisiera destacar primero lo mucho que significas para mí. Ponerlo en palabras no es tarea fácil, ¿sabes? Me pregunto si alguna vez podría expresarte todo mi amor como se debe. Este es mi mejor intento así que quiero que sepas que lo significas todo, Jill. Significas todo. Desde tus berrinches hasta tus ataques de alegría, desde tus "Buenos días, papá" hasta tus "Buenas noches, viejito", desde tus peores momentos hasta los mejores. Tu esencia significa el mundo, mi mundo. Espero que lo recuerdes siempre. Y ahora sí, finalmente procedo a desearte el mejor de los cumpleaños, mi ángel. Te amé, te amo y te amaré hasta el fin de mis días. Creo que no me cansaré nunca de hacerlo. Felices dieciocho, Jill.
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