—¿¡A dónde fueron los estudiantes!? — la voz jovial del director enmascarado se mostró en auténtico pánico, caminando por los desérticos pasillos del colegio del cuervo negro, que estaban tan silenciosos como un panteón. ¡Era absolutamente extraño!
Abrió la puerta del salón de historia, topándose con el respectivo maestro que estaba a punto de abrir la puerta, dejando su mano colgada antes de tomar el pomo.
—Director.
—¡Profesor Mozus! ¿Dónde están todos?
— Nadie llegó a clase hoy, me preguntaba si algo estaba mal, o... Si ese hombre los acaparó a todos hoy.
El cuervo jadeó, llevando sus manos de puntas doradas a su barbilla en postura nerviosa.
—Me pregunto si se habrán quedado todos en sus dormitorios por alguna razón...
—Que forma tan peyorativa de alabarme, profesor.— La voz del fashionista de gran fusta roja apareció, resonando sus tacones atrás de los maestros que se agrupaban poco a poco. Se posicionó con una mano en la cintura— Ningún cachorro está en sus dormitorios. Están tan vacíos como la escuela, los estudiantes están desaparecidos.
—¿¡Qué!? ¡Oh, Ohhhhh!~ ¡Esto es terrible! ¡Terrible! ¿¡Qué le diremos a los padres!?