"«hey hyuk!
«a que no sabes qué me pasó hoy
«me caí por las esCALERASJDJCKFJS"
Donde Iseul disfruta contarle su día al famoso chef y bailarín amateur Park MinHyuk... aunque está demás decir que nunca recibe una respuesta.
-----
ix ; 2020
📱Park MinH...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
♥️ 345 me gusta
pminhyu_k Hola, aquí Park MinHyuk. Para los que no saben, últimamente mis amigos y yo hemos estado siendo objetivo de varias prácticas acosadoras de parte de personas que no conocemos, desde seguirnos a distintos lugares, llamadas a nuestros números privados, falsos rumores, hasta mensajes constantes por todas nuestras redes sociales. @eunwoo.o está asesorándose legalmente para protegernos. Sin embargo, me gustaría pedirte, si llevas a cabo alguna práctica anteriormente mencionada o cualquier otra que atente contra nuestra integridad física y/o mental, detente. No es un juego y no es divertido. Es la única vez que comentaré algo al respecto, la próxima vez procederé a denunciar directamente. Gracias.
Ver los 14 comentarios
Hace 3 minutos
Iseul dejó salir el tercer suspiro en los últimos cuatro minutos que llevaba releyendo el post. Dejó el celular en la mesa, al lado de todo su desastre de hojas, lápices y reglas, y bajó la pestaña para darse cuenta que la aplicación de Pomodoro aún marcaba unos seis minutos antes de finalizar su sesión de veinticinco minutos. Recostó la cabeza sobre el plano en el que trabajaba y soltó otro suspiro; había desperdiciado diez valiosos minutos.
—Ya perdí la cuenta de cuántos suspiros llevas —la voz de DaHyun en el lado contrario de la mesa no logró levantarla.
—En este ratito —Iseul respondió—, cuatro. Maldición, ni me acuerdo para qué agarré el celular y ahora perdí casi la mitad de tiempo.
—Aún quedan cinco minutos.
—Pero ya no me puedo concentrar, agh.
Tomó el celular y se levantó de la silla con el fin de no distraer a DaHyun, quien sí estaba aprovechando al máximo el tiempo, y no necesitó mucho esfuerzo para dejarse caer en el sofá de su sala. No contuvo el quinto suspiro a la vez que salía de Instagram y bloqueaba el celular sin verlo.
Cerró los ojos y dejó que los pensamientos que rondaban en su cabeza desde hace cinco días volvieran a ahogarla. Desde aquella vez en el teatro de la SNU cuando escuchó acerca del problema con acosadores, era justamente el tiempo que tenía luchando contra sí misma y resistiendo el impulso de volver a mandarle mensajes a su bailarín y chef favorito en la tierra; no supo en qué momento se había vuelto tan dependiente de ese hábito, el cual no catalogó como malo hasta que vio la posible parte acosadora en él.
Y bueno, trató de convencerse, sería acosadora si supiera la dirección de su casa, pagara a informantes para saber dónde y cuándo está, o intentara ir a su restaurante los días que tiene práctica, ¿no?
Aunque eso sí lo hice..., recordó.
¡Pero fue sólo una vez!, la única que lo he visto en persona y a más de cinco metros. Ni siquiera me atreví a tomarle una foto, ¿se puede ser menos acosadora?
