El prometido de mi hermana {Zayn Malik}

Capítulo cinco: "Semana después"

Ya había pasado una semana desde aquella conversación con Zayn. Últimamente él ya no me hablaba, y yo tampoco hacía algún esfuerzo para hablarle; mi orgullo lo impedía. Sólo intercambiábamos monosílabos y ni siquiera nos mirábamos. Además de que preferíamos evadirnos, sobre todo cuando Nina quería pasar tiempo con los dos. 

Ésta última semana que pasó sirvió para darme cuenta de algo, yo no podía estar cerca de Zayn porque moría de nervios y mis respuestas ya eran más que titubeos inseguros. Además de que cada vez que lo veía en algún lado mis ojos brillaban, y cuando no estaba cerca mío me sentía triste. No me lo podía sacar de la cabeza y quería hablarle pero como dije, mi orgullo no me lo permitía. Aún no estaba segura pero aún así era lo más ridículo que escuché en mi vida: Yo no podía estar enamorada de Zayn. No. No. y más no. 

En éste momento estaba yendo a la habitación de Nina, me había llamado hace minutos atrás, me dijo que su habitación era la 440, así que caminé por el pasillo y cuando llegué a la puerta estuve apunto de golpear la puerta, pero ésta se abrió sola, dejandome ver una vez más a Zayn. Fue la primera vez que nuestros ojos mantuvieron contacto después de una semana. Sentí como dentro de mí algo se removía y me hacía sentir bien. Él pasó por al lado mío sin hablarme pero dejó impregnada su colonia en mis malditas fosas nasales. 

— Abby, pasa — escuché a Nina quién me hizo volver al mundo real. Suspiro y entro a la habitación cerrando la puerta tras mí. 

— ¿Qué era tan urguente para que me hicieras venir hasta tu habitación? — le pregunto y la habitación era un poco más grande que la mía mientras que ésta tenía una king size. Trago saliva. Me gustaría estar en su lu..., ¡No, Abigail, claro que no!. Me acerco hasta la cama y me siento. 

— Bueno queríamos decirte algo con mamá — dice Nina una vez más mientras se sienta en la cama de rodillas. Las tres estabamos sentadas en la cama. 

— ¿Qué pasa? 

— No es nada grave no te preocupes. Es más... una oferta, una propuesta. 

— Dejen de dar vueltas. 

— La cosa es que Mamá y yo iremos a Chicago para buscar unas cosas para la boda — comienza a explicar Nina. Quiero hablar pero ella alza sus manos en señal de que no terminó así que guardo silencio—. Queríamos saber si tú querrías venir con nosotras. 

— ¿Cuántos días? — pregunto fingiendo interés. Sinceramente no quería ir hasta Chicago, un viaje de 5 horas mas o menos y para ir a comprar cosas de una boda que ya no me interesaba en absoluto. 

— El fin de semana — anuncia mamá. Hoy era viernes —. Salimos hoy a la tarde, nos quedaremos hasta el Lunes o Martes. 

— Ah — digo encogiéndome de hombros mientras juego con las puntas de mi cabello. Nina revisa una cosa en su celular y vuelve a presetar atención a mí. 

— ¿Y qué dices? ¿Vienes? 

— No — niego por completo. La sonrisa de Nina se borra y resopla. Antes de que me preguntara por qué, hablé:— No voy porque no es mí boda así que no me interesa ir; además no tengo ganas de compartir tiempo con Zayn. 

— No, él no irá — Nina se encoge de hombros y alzo mis cejas —. Dijo que yo tenía que ocuparme de la decoración. Así que se queda aquí. 

— Ugh — resoplo otra vez—. De todas maneras me quedo aquí porque tengo a Anne — mamá y Nina habían conocido a Anne un día que vino a buscarme temprano. Les había caido muy bien. 

— Está bien, haz lo que quieras. Yo solo te lo ofrecí — Nina vuelve a encogerse de hombros y se acuesta en la cama. Me levanto de ésta y salgo de la habitación sin decir ni una palabra más. Me dirijo al elevador y lo pido. Pasan un par de segundos cuando ya estoy dentro de él y llego a la planta baja. Cuando voy al comedor, tomo el té con lo mismo de siempre donas y un jugo de naranja. Voy a buscarme lugar, y en cuanto estoy por ocupar una mesa para uno, escucho una voz que me llama.