Y cuando fue oscuro tuvo más sentido el haber vivido y entregarse al olvido.
Yo no recuerdo haber perdido pero los tesoros del alma siempre caen en lo profundo de un día interminable.
Los vestigios de un día que nunca termina.
Y cuando se acabe la vida traeré la lluvia que alivia tu calumnias y los cielos en llantos de agonía.
Pero fue tu venganza, no la mía.
Es la tortura de un día que nunca termina.
Clava tus dagas, no las mías,
Y sufre de alegría porque la sonrisa era suya y no mía.
Se acaban los días y la armonía de un día que siempre termina, acompañando los pasos de la agonía.
El mar nunca termina.
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Letargo (Pensamientos Perpetuos IV)
PoetryA veces un sueño puede mas que una triste realidad. A veces los sueños nos salvan de esta terrible falta de humanidad. A veces dormir de por vida no es tan malo cuando tus sueños se hacen realidad. A veces los sueños son sólo ilusiones para escapar...
