Capítulo 17

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Valentina le estaba dando el biberón a Nina, la bebé ya tenía alrededor de 3 meses y el pediatra le había dicho que sí ellas querían podían darle la mamadera con la leche que Juliana se sacaría cada vez que le dolieran sus mamas, de está forma tendrían un stock de alimento para la pequeña y un equilibrio tanto alimenticio como emocional con sus dos mamás. Está idea les pareció buena a las dos y compraron el sacaleche ese mismo día. No fue tan fácil usar aquel aparato pero una vez que Juliana aprendió a hacerlo era un alivio cada extracción de leche que se hacía, luego la dejaba en el frizzer porque le habían dicho que la congelará para que dure más y la iban descongelando cuándo iban a usarla.

Valentina por su parte se encargaba de que Nina se alimente cada dos o tres horas cómo máximo, de controlar el stock de leche y de hacer los turnos nocturnos para que Juliana pueda descansar por la noche. Aunque había días que se quedaba dormida ya que no lograba descansar en el día. Igualmente ella no se quejaba de nada, estaba maravillada con su familia. Nina era preciosa, tan igual a Juliana que le daba ternura, hasta había salido compradora como su mamá, la miraba y podía pedirle el cielo que salía corriendo a bajarlo para ella.

Valentina estaba embobada mirando cómo su hija tomaba de aquel biberón tan pequeño como ella. Estaba sentada en un extremo del sillón y tenía colocada una toalla en su torso para no ensuciarse con la leche que ocasionalmente caía en forma de hilo de la boca de Nina. Su mirada estaba enfocada en la belleza que aquel ser emanaba sin darse cuenta de aquello. Juliana estaba observando desde el otro extremo del sillón como su novia, la mamá de su hija, se le caía la baba en aquel momento con el simple acto de mirar.

-Se ven tan hermosas- dice mientras busca su celular para capturar el momento

Valentina se muerde el labio- Es que mira lo que es... Tan tranquila

-Solo cuándo come- Ríe Juliana

Valentina se hecha a reír también, porque sabía que Nina en realidad era un terremoto, lleno de energía. En ese momento Juliana captura aquella imagen que había quedado congelada en el momento justo.

-Es tan maravilloso ser bebé no crees?- le dice Juliana

-Si que lo es, sólo duermes y comes...

-Y cagas...-añade Juliana, ambas ríen- pero más allá de eso es todo nuevo, hasta comer es nuevo, los sabores, los olores, sentir distintos tactos, sentir el aire debe ser nuevo también, estábamos dentro de una bolsa con agua si te pones a pensar- reflexiona Juliana- Mi madre me contaba que a mí me gustaba descubrir sonidos, será por eso que me gusta tanto la música... Qué será lo que le gustará a Nina?

-Quizas le guste algo que tenga que ver con la música o el baile, porque se pone contenta cuándo te escucha cantar... Aunque habría que estimularla con otras cosas también no crees?

-Eso estaba pensando, no sólo centrarnos en una cosa...- hay un silencio mientras la observan- Creo que será una niña muy inteligente

-Yo también lo creo- dice Valentina mientras le limpia su rostro suavemente

***

Valentina sentía como el agua caía sobre su cuerpo, decidió darse una ducha rápida, ya que llenar la bañera le parecía una rutina más lenta y relajada, y relajada era precisamente lo que no estaba estaba semana. Ojalá lo estuviera, sabía que el viaje iba a ser intenso pero estar tanto tiempo pendiente al ánimo de Juliana en algún punto le estaba afectando. Quería ayudarla pero no sabía cómo hacerlo, además... Cómo ayudas a una persona que no quiere ayuda? Estaba metida en un laberinto de preguntas y no encontraba el final con la respuesta correcta. El agua que recorría su cuerpo se llevaba un poco el cansancio que había en él.

Todo me lleva a ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora