Ethics & Aesthetics

Capítulo 16: Fingiendo

Si le hubieran preguntado a Hannibal quién se había sorprendido más al encontrarlo en la puerta de los Crawford, los parientes de Will o él mismo, habría sido difícil de determinar. En un momento, la mera sugerencia de que podría ser persuadido de que se volviera a involucrar en los asuntos de Matthew Brown habría sido recibida con muy poca atención.

Pero eso fue diferente.

Se trataba de Will.

La devastación de su amante ante el giro de los acontecimientos había sido motivo suficiente para que él dejara de lado todas sus orgullosas reservas. Y aunque Will nunca podría perdonarlo por la ignominia que se había acumulado sobre su familia, Hannibal tenía que tratar de enmendarlo.

"Fue la Srta. Verger quien sugirió que la Sra. Hobbs sería un contacto lógico para la pareja" explicó Hannibal, aceptando con gratitud una taza de té de la elegante mano de la Sra. Crawford.

El polvo, la mugre y el traje se habían infiltrado en su piel y cubrían su ropa, la consecuencia inevitable de caminar durante días de un sombrío distrito industrializado a otro.

"Dada su asociación pasada con el Sr. Brown, me sorprende que no lo haya pensado de inmediato"

"Posiblemente sus pensamientos estaban ocupados en otra parte"

La dulzura de la sonrisa de la Sra. Crawford lo desarmó, suavizando su indignación instintiva ante tal presunción hasta convertirse en una leve consternación.

"Posiblemente. En cualquier caso, una vez que ubiqué la pensión de la Sra. Hobbs, fue una tarea bastante sencilla para establecer que el Sr. Brown, de hecho, le había dado a conocer su paradero"

"¿Ella lo abandonó tan fácilmente?"

Hannibal negó con la cabeza, el mismo recuerdo era desagradable.

"Ella lo entregó por un precio"

"¿Y fue directamente a su alojamiento?"

"Lo hice. No era el vecindario más saludable y pensé que lo mejor era intentar sacar de inmediato a su sobrina"

"Sin embargo, ella no ha vuelto con usted"

Hizo una pausa, considerando cuánto de su discusión con Abigail Graham debería revelar. Ciertamente había sido esclarecedor, pero poco le gustaba la idea de causar dolor a esa gente decente.

"Srta. Graham, le insto a que venga conmigo ahora. Permítame, por favor, regresarla a su familia. Naturalmente, están más ansiosos por su seguridad"

Sentada en el sillón raído, que era el único otro mueble de la habitación además de un pequeño escritorio y una gran cama deshecha, Abigail Graham lo miró sin pestañear.

"Bueno, no deberían serlo. Soy perfectamente capaz de cambiar por mí misma. ¡Pregúntele a mi madre! Además, soy feliz aquí y no dejaría a mi querido Matthew por nada del mundo"

De pie con los brazos cruzados, sintiéndose por una vez completamente indefenso, Hannibal buscó en los rasgos de la niña cualquier signo de angustia oculta y no encontró ninguno.

"¿Y el hecho de que viva con él, soltero, no le concierne?"

"¡Oh, la!" Abigail se rió, arreglando con recato el pliegue de encaje que apenas cubría el escote bajo su sencillo vestido de algodón. "Me atrevería a decir que nos casaremos en algún momento, y ¿por qué debería significar cuándo?"