Capítulo 08: Reunión

907 115 25
                                    

Un instante después, Hannibal sintió la presión de una palma contra su pecho.

"¿Qué cree que estás haciendo?"

Inmediatamente, sus manos se apartaron y se apartó para mirar a Will a los ojos.

"¿Olvidarme de mí mismo?" Hannibal sonrió con pesar.

"Eso parece"

Había reprobación en esa mirada altiva, y si Will hubiera ejercido la más mínima presión adicional, Hannibal habría retrocedido instantáneamente. Pero también había algo más.

Curiosidad.

Y quizá...

"¿Quiere que le diga por qué?"

"Si gusta"

"Ah, ahí" debajo del inteligente chasquido de las palabras quedó un rastro de inquietante nostalgia. Hannibal acercó una mano a la mandíbula de Will, y cuando no encontró resistencia, pasó el pulgar por el labio inferior del chico. "Pienso a menudo en esa noche y en lo que podría haber pasado si Mason no hubiera interrumpido"

"Y si hubieras vuelto" una nota de dureza se había infiltrado en la voz de Will.

Hannibal asintió con la cabeza, con unos ojos sombríos.

"Y yo habría regresado" frotó de un lado a otro, ligeramente, un toque casi fugaz. "Dígame que usted tampoco lo ha pensado. Dígamelo y lo dejaré"

"No puedo decirle eso"

Una oleada de triunfo fue frenada por las siguientes palabras de Will, dichas con la misma suavidad pero con acero por debajo.

"Sin embargo, no altera lo que dije"

"Entiendo"

"¿Y?"

Lentamente, Hannibal bajó la cabeza hasta que sus labios casi se tocaron.

"Y aún así me gustaría mucho besarlo. Hace tiempo que quería besarlo. Pero no lo besaré si usted no lo desea de verdad"

La mirada de Will sostuvo la suya mientras pasaban los segundos, y Hannibal descubrió que estaba conteniendo la respiración.

"Lo digo en serio, Hannibal. No soy un juguete, para ser recogido y dejado por capricho"

"¿Me creería si le dijera que ni una sola vez lo he considerado como tal?"

La incertidumbre parpadeó en los ojos azules que lo miraban.

"¿Sinceramente? Yo no sé"

Sintiéndose por una vez en su vida algo perdido, Hannibal comenzó a retirarse, pero, para su sorpresa, se encontró sujetado por unos dedos que se enroscaban en la pechera de su abrigo.

"Pero tal vez debería darme la oportunidad de demostrarlo"

Hannibal no necesitó más insistencia para cerrar la distancia entre ellos por completo. La primera presión de sus labios contra los de Will le arrancó un gemido. Qué dulzura madura, ignorante y ansiosa. Él soltó un pequeño ruido de aliento y envalentonado, lo empujó hacia atrás contra el ancho tronco del árbol de hoja perenne, extendiendo las manos para agarrar su esbelta cintura. Sus bocas se movieron juntas, con su lengua acariciando tentativamente la comisura de sus labios, animándolos a separarse. Y qué placer entonces cuando él tomó su boca, perdiéndose en una lenta exploración de calor húmedo y dulzura decadente.


Un profundo escalofrío recorrió a Will. Todo eso era completamente nuevo y, de una manera curiosa, se sentía casi ilícito.

Ethics & AestheticsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora