El conductor bajó del autobús y nos apresuramos a bajar. En lo que nos dirigimos a la salida volví a sentir el aurea del mal. Apreté con fuerza el saco y me coloqué detrás de Ariel, con sutileza le pasé el sacó y el entendió todo. Esperé y dos demonios atravesaron del cristal entrando en el camión. Nuevamente saqué mi espada y pelé con los dos. Ambos estaban más grandes fuertes y sus ojos tenían el color de la oscuridad y ya no de la sangre. En un golpe hicimos presión y puede sentir como su fuerza se incrementaba cada vez más. Era imposible, a menos que más demonios hubieran salido del infierno. En busca de ventaja los arrojé afuera. Uno de ellos se abalanzo sobre mi y nuevamente las espadas sonaron, vi la oportunidad y lo destrozé.
Una flecha realmente veloz se dirigió hacia a mí, apenas pude evadirla haciéndome un corte en la mejilla derecha. corrí con el objetivo de enterrarle mi espada, pero de un golpe me derribó. Me sujetó del cuello y me elevó. Mi espada y arco se habían caído.
-Krauss exige las reliquias- dijo aquel demonio con voz gruesa y macabra mientras me estrangulaba.
-Puedes decirle. Que nunca las tendrá- dije entre esfuerzo y agonía. Saqué una flecha y la enterré en su piel obscura haciendo que se desintegrara. Caí de pie y volteé a los lados en busca de Ariel. Estaba aun en el camión, le hice un gesto con la mano para que saliera.
-Nick ¿Estas bien? ¿Tu cara? - dijo mientras me daba el saco y ponía su mano en mi cara.
-Si, lo estoy. Pero no por mucho, tenemos que irnos. Cada segundo que pasa la obscuridad aumenta- dije mientras tomaba su brazo y corríamos a lo que podía distinguirse un gran árbol de navidad.
Al llegar pude verlo con mas detenimiento, era realmente enorme, con esferas de muchos colores, olía a pino fresco, resplandecían cintos de luces y tenia que extender totalmente la cabeza para divisar la estrella. Era algo realmente hermoso.
-Es hermoso. ¿no? - dijo Ariel también viendo el árbol
-Si- contesté- ¿Así que este árbol siempre ha estado aquí?
-Si. Es el miso cada año- dijo ahora ya viéndome a los ojos
- ¿Qué es lo que nunca cambia? - dije mirando la punta del árbol
-Tal vez la estrella- dijo señalando una estrella tan brillante que parecía pertenecer al mismísimo cielo del Norte.
“Atadura divina” pensé. - ¡Esa es! - dije emocionado y con todo resuelto -La reliquia es la estrella es lo que mantiene el cielo con luz en las noches, lo que ata la divinidad-
-Perfecto, pero … ¿Cómo llegaras ahí? – dijo levantando una ceja y torciendo la boca.
Miré alrededor, si tuviera mis alas seria mucho más fácil. Había repisas, tablas, escalones y casas tan grandes que llegaban hasta la copa y supe como llegar. -Pásame el sacó- dije extendiendo la mano y recibiéndolo de las manos de Ariel.
Me fui a lo más alejado del primer escalón y corrí para impulsarme. Dando un primer salto y sujetándome de otra tabla, las casas al igual que el árbol eran de muchos colores y perfectamente acomodadas, volví a saltar y sujetare sin distraerme. Cada vez estaba más cerca y en cada salto podría vislumbrar la esperanza de un mañana de luz. Al llegar al lugar más alto de las construcciones la estrella estaba cerca de mí. Respiré ondo, volviéndome a impulsar para saltar, ya en el aire estiré la mano y tomé la estrella. Un escalofrió recorrió mi cuerpo al sentirla y volteo a ver hacia enfrente para caer encima de la otra casa.
-¡Nick! ¡cuidado! - grito Ariel desde abajo.
Unas manos me tomaron de los pies y me elevaron más. -Hola Nick, gracias por encontrarme la ultima reliquia- dijo Krauss que ahora tenia una cicatriz en el ojo y en otro la oscuridad encarnecida.
-¿Qué?- dije atónito al saber que el también sabia de la tercera reliquia.
Krauss me soltó y sentí nuevamente la caída al vacío, cayendo me acerqué al árbol para minimizar mi caída, lo cual funcionó, pero aun sentí como mi cuerpo cayó en seco. Me sentía realmente adolorido ahora.
Mientas recuperaba fuerza vi como Ariel corría hacia mí. Yo solo podía pensar “huye”. Krauss se acercó por atrás y arrojó a Ariel hacia la pared.
-Aléjate- dije entre balbuceos
-Parece ser, que te hiciste amigo de los mortales- dijo Krauss mientras estrangulaba del cuello a Ariel. Nuevamente podía sentir como se alimentaba del dolor mientras Ariel se retorcía por tratar de respirar
Con todas mis fuerzas me levanté y desenfundé mi espada para hacerle frente a aquel monstruo. Corrí hacia el y Krauss en un movimiento realmente veloz soltó a Ariel y me golpeo lanzándome a la pared contraria. Sobrevoló nuevamente y se abalanzó hacia mí. Rápidamente me levanté y sonaron las espadas. Un duelo inicio y las espadas resonaban por todos lados.
-¿Cómo lo supiste?- dije mientras me ponía a su margen de pelea
-Tu maestro me lo dijo después de que te fueras, sabia que era cuestión de tiempo para que tú la encontraras. Santo cielo Nick, te dejo por un momento y entabla una relación con humanos. ¿Quieres jugar a ser ángel? - contestó de forma burlona.
-Yo lo soy. Con alas o sin alas. No se trata de lo que tengas, se trata de lo que crees y de tus ideales. Yo lucho por la luz y te prometo que no habrá oscuridad en la tierra ni en el cielo. Yo soy Nick y yo soy un guardián-
Krauss concentró una energía de las sombras impregnándola en su espada y de improviso me arrojó lejos haciendo que me quedara en el suelo y soltara mi espada.
-Lindo discurso. Pero esto no es un cuento- dijo mientras tomaba las reliquias. Tomó el saco y sacó las esferas absorbiendo su poder. Estaba realmente exhausto, pero se podía sentir como su poder aumentaba causando escalofríos en todo mie cuerpo.
-No te preocupes Nick, solo verás como logró lo que tu no pudiste juntar las tres reliquias y luego te concederé tu muerte- Dijo mientras tomaba la estrella.
Solo veía apenas como absorbía el poder. Pasarón unos segundos y luego arrojó la estrella cerca de mi cara haciendo que se quebrara en mil pedazos.
-¿Dónde esta la última?- dijo mientras ponía su pie encima de mi cabeza y me aplastaba
-¿Qué?- dije totalmente incrédulo, se suponía que la estrella era la reliquia
-No mientas, por mas que lo intenté no pasó nada. Solo estas queriendo jugar conmigo y te juro que vas a perder-
-Si no es eso, no tengo otra idea. Puede estar en cualquier parte de la Tierra-
- O tal vez la estas ocultando- dijo mientras soltaba mi cabeza contra el suelo y se dirigía hacia Ariel que estaba en el suelo aun -Veamos si los mortales saben dónde esta escondida-
Un sentimiento de culpa y miedo me invadió. Si algo le pasaba a Ariel…
Sabiendo que tenia todo lo de perder, tomé mi arco y flechas, lo tense y le apunte. Solo era cosa de que se diera cuenta y me lo regresara. Solté la flecha y sin voltear Krauss la destruyó con la magia que yacía en el. Volteo y me lanzó una mirada siniestra.
Solté todo para recibir mi destino. Tal vez por algo pasaba esto, solo esperaba que valiera la pena mi muerte si con eso la luz volviera a salir.
-Te destruiré a ti primero- Krauss movió sus manos y una esfera de energía obscura estaba enfrenté de mi.
Cerré los ojos.
-¡Nooo!- dijo una voz que inmediatamente supe que era Ariel. Abrí los ojos y estaba enfrente de mi con un brazo extendido en forma de escudo, pero antes de poder hacer algo Krauss nos disparó.
Cuando volví a ver una especie de escudo de energía nos envolvía a Ariel y a mi. Krauss totalmente extrañado volvió a concentrar la magia y volvió a disparar. Volviendo a invocar aquella magia.
-Esto es imposible- dijo Krauss todavía disparando.
Ariel me volteo a ver totalmente asombrado y con la incógnita en sus ojos. -La atadura divina- dije en voz alta- La atadura divina es la primera creación del Celestial, el cuerpo humano. Carne y hueso, el contenedor más fuerte del mundo. Nicolas escondió la reliquia dentro de los humanos-
-Esto es tan… ¡increíble! – dijo Ariel mientras saltaba de la emoción.
-Las esferas contiene la felicidad y el amor. Tu tienes el poder de la esperanza Ariel. Nunca viste nada malo, aunque casi se extingue la luz- dije mientras me levantaba.
Nos quedamos viendo de frente y Ariel extendió su mano -Usa el poder para acabar con ese monstruo- dijo. Inmediatamente estreché su mano y sentía como la magia se pasaba a mi cuerpo, parecía ser un cosquilleo realmente fuerte y sentía como la fuerza volvía a mí.
La magia me dio lo que más deseaba y pude sentir como mis alas volvían a emerger. Como si aquello nunca hubiera pasado. Las sentía más confiables y fuertes que nunca. Sobrevolé un momento -Ahora sí que empiece el duelo- dije a Krauss.
Nuestras espadas volvían a chocar y en cada golpe impregnaba de luz mi espada. Ahora yo tenia el mando y podía sentir como la fuerza de mil soles me daban su energía para ganar esta guerra. En cada golpe podía sentir como su fuerza caía y en un descuido atravesé su hombro y me concentré para absorber la magia de las dos reliquias faltantes. Me hubiera gustado decir que aún le quedaba determinación para incluso seguir o tratar de pelear, pero no fue así. Al parecer la magia no da el verdadero poder de seguir peleando. En un golpe final lo mandé al suelo derribándolo por completo.
Bajé ligeramente y lo vi en el suelo ya sin poder.
-Ahora si, acaba con esto- dijo mientras me sonreía de forma egocéntrica y veía como la vitalidad de las sombras se disolvía con los segundos a través de sus ojos.
-Krauss, por tus crimines contra los ángeles te condeno a…- dije mientras me interrumpe aun con su sonrisa de forma macabra.
-Muerte. Lo se y es lo que esperaba, alguien en algún futuro tendrá mi sombra y terminará lo que se inició, ya se sabe donde se encuentra la magia-
-Exilio al infierno- contesté sin volver a titubear
-¿Qué?-
-No puedo arriesgarme a que al morir puedas reencarnar en otro ángel y condenar a mis hermanos, en el infierno si mueres, tu sombra quedará atrapada-
Tomé una flecha y la cargué de luz para mandarlo al infierno de una vez por todas. Recitando las oraciones sagradas y sintiendo la luz en la Tierra
-¡Nada está asegurado! En cualquier momento puedo volver y te juro que te arrancaré la cabeza-
-Te estaré esperando- dije con una sonrisa de media cara.
Krauss rápidamente agarró mi espada y se la llevó al cuello, pero antes de poder hacerlo la flecha lo atravesó y con ella una luz dorada ilumino el cielo haciendo que todos los demonios volvieran a su lugar. Una estrella brillante se formó en el cielo y explotó generando una aureola de color dorada
Di media vuelta y vi a Ariel sonriendo
-Gracias- dije mientras me acercaba un poco más
-¿Por?- dijo mientras fruncia el ceño
-Por todo-
Ariel sonrió -No, gracias a ti-
-¿Por?- contesté mientras soltaba una risa
-Por todo- dijo soltando una risa realmente grande – En realidad gracias por darme esperanza y darme un día lleno de aventura y magia. Creo que si soy valiente y más especial de lo que cualquier persona podría pensar. Digo… puedo lanzar magia de mis manos- dijo mientras mostraba sus manos con emoción y saltando-
-En teoría tu me diste la esperanza. Gracias a ti la Navidad y el mundo esta a salvo. Si eres realmente importante y muy especial- dije mientras le daba una palmada en el hombro.
-Igual tu Nick. Si que eres mucho mejor que tu luz, alma… no se pasada -
El cielo azul nocturno hacia reflejar lo bella que era la noche y podía sentir desde el fondo de mi ser como el poder angelical iba creciendo.
-Si mi familia pudiera verme, me diría que al fin serví para algo. Fui parte de algo especial- dijo Ariel mientras se acomodaba su gorro sin dejar de sonreír.
-No lo sé. No creo que merezca la pena pensar esa posibilidad. Pero si te puedo asegurar que tu abuela estaría muy orgullosa de ti. No por ser parte de algo especial, mas bien porque alguien especial formó parte de esto- dije mientras miraba la aureola del cielo y terminando con ver a Ariel.
-Feliz Navidad- dije mientras le daba un abrazo de esos que derriten el hielo y alegran el corazón. Todo estaba salvado y era gracias a una confianza que se dio en un momento de incertidumbre.
-Ammm… por cierto- dije cuando nos separamos – No me gustaría dejarte aquí y que pases sin nadie la navidad. ¿Te gustaría ir allá arriba? - dije señalando
-Nunca he pasado una navidad arriba y creo que si mi abuela me viera diría que no debería, si no necesito ir- dijo Ariel.
-Es claro decir que nosotros tomamos muy enserió las celebraciones y no seria justo celebrar a una persona cuando hubo dos héroes-
Sujeté Ariel por atrás de lo brazos y antes de que movieras las alas, se quitó el gorro que traía y me lo puso.
-Ten. Se te ve mejor a ti- dijo mientras reía y yo reí también.
Volamos hacia las salidas nubes del cielo. Haciendo una promesa de que yo seré el guía de Ariel y mientras exista luz en esta tierra ambos nos dedicaremos a proteger la navidad. Se convirtió en ángel al igual que yo, nunca más volvió a sentir lejanía y eso me reconforta.
Ahora nos dedicamos a enseñar a nuevos ángeles a como proteger a los humanos para que siempre exista luz y magia en sus corazones. Casi nadie sabía esta historia, pero por una esta coincidencia la sabemos y depende de nosotros poner atención a esas señales. Todos pueden verlas, pero solo los valientes tienen la fuerza de creer.
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En Defensa de la Aureola
Short StoryDespués de años de equilibrio la reencarnación de Krampus toma forma en el que se hace llamado Krauss con el objetivo de cumplir los ideales de su antecesor sembarar la oscuridad en los tres reinos. En la torre Norte del cielo esta Nick la reencarna...