Capítulo 5

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-No tenía idea de que te gustaran este tipo de libros. -Subí un poco la voz para que me escuchara hasta donde sea que estuviera.

-¿Cariño, quieres vino? -Ella asomó parte de su cuerpo desde la entrada de la cocina.

-Sí, claro me parece bien -Yo seguí viendo alrededor algunas de las fotos que quedaban colgadas, podía verse ella y su familia adoptiva con una bonita sonrisa en ellas, luego seguí viendo el resto de libros, no podía evitarlo tenían mi atención, ¿cómo es que a ella le gustaban ese tipo de libros? No me imaginaba esa faceta de ella. Me la imaginaba ruborizada leyendo esos libros e imaginando esas cosas, dándole vida en su mente, teniendo sueños húmedos a causa de lo que leía, murmurando en sueños lo que quería y culpándose a sí misma por ese tipo de pensamientos. Pero ¿y si le gusta?, mire por la ventana y había una brisa entre ligera y fuerte empapando todo mientras los relámpagos acompañados de débiles truenos tocaban una hermosa melodía afuera. Mientras estaba de espaldas a ella la pude escuchar dirigirse en mi dirección y poner las copas junto a la botella de vino en una mesita de madera con centro de vidrio, a ella solían darle miedo los sonidos de la lluvia, pero se veía completamente impasible, en calma, se había quitado los tacones y estaba descalza ahora veía su estatura real, sin embargo me sigue encantando.

-Danny, lo siento pero me he quitado las sandalias, esas cosas son máquinas asesinas para mujeres, son hermosas, pero creo que nunca termino de acostumbrarme a ellas. -Me gire a ella viéndola de arriba abajo, analizando cada uno de los atributos que el vestido me permitía ver, sonrió de una manera diferente y tenía una mirada sugerente Pero no la lograba descifrar completamente. ¡Dios, es tan frustrante!; siguió -¿Nos sentamos?

-Claro. –Nos sentamos lado a lado en un sillón sumamente cómodo color negro.

-Danny, dime hace cuánto estás soltero? –No esperaba que empezara con esa pregunta, así que empecé a pensar en el tiempo que tienen que estar juntas dos personas para considerarse relación y como no encontré respuesta simplemente fui sincero.

-Creo que nunca he estado en una relación formal, empiezo viendo a alguien y al menos un mes después se acaba –Entonces ella ladea la cabeza, posa su codo en el espaldar del sillón y la palma en su mejía derecha, se acerca a mí con más interés en seguir escuchando. –No es que cambie de chica cada mes, no me malentiendas, pero ese es el ciclo que llevan mis relaciones amorosas, son efímeras y sin muchos sentimientos de por medio, la última relacion fue hace siete meses. -Ella enarcó una ceja y parece maquinar algo en su mente porque desconecta su mirada de la mía y se pierde en algún punto vacío de la habitación, esta vez soy yo quien adopta su misma postura y pregunto:

-¿Qué hay de ti, hace cuánto estás soltera? –Ella regresa su mirada a mí y tensa su expresión pero me da una pequeña sonrisa a labios cerrados.

-Creo que te entiendo, me pasa lo mismo, mis relaciones son efímeras. -Cambia su mirada y entrecierra los ojos como queriendo analizar mi siguiente reacción y continua. -No nos gustan ni queremos las mismas cosas y mis gustos al parecer suponen un problema para otros. –Entonces nota mi curiosidad, antes de que yo pregunte, ella se levanta y se dirige a las fotos que están en un mueble, es ella junto a sus padres adoptivos donde todos tienen una sonrisa, entonces toma la foto y continúa hablando pero dándome la espalda mientras mira la imagen entre sus manos en un fino marco de madera. -Danny, eres de los pocos que conoce la historia de por qué llegue al orfanato, cuando Rachel y Samuel me adoptaron sabían que tenía problemas para comunicarme con ellos y otros niños de mi edad, pero no era tanto problema hasta que dejamos de hablarnos tu y yo, entonces me llevaron con un psicólogo y un psiquiatra por mucho tiempo, a terapias y otras sesiones para poder ser más ¨normal¨ -Ella pone la foto de regreso en su lugar y con sus dedos hace unas comillas imaginarias, gira quedando frente a mi mientras la miro desde el sillón en silencio. -Luego el psicólogo descubrió un comportamiento al parecer no normal en mí, estaba descuidando la escuela, no despegaba el celular de mis manos, la pantalla siempre estaba hacia abajo y bloqueado, no era muy lista en aquel entonces, no sabía que era tan evidente. –Empezó a caminar en mi dirección, pero cambio de rumbo y rodeo el sillón, recostó su cadera en el espaldar del sillón y se cruzó de brazos, entonces yo también me gire para verla mejor, se encogió de hombros y siguió: –Entonces determinó que tenía hipersexualidad. –Seguramente mi cara era un poema, no entendí nada, entonces soltó una pequeña carcajada, pero no era burlesca era más bien de nerviosismo, escuchamos que la lluvia aumentó su intensidad, volteó a ver la ventana y luego regreso su mirada a mí.

–Resulta, mi querido Danny que era ninfómana, bueno, ninfomanía era el término antiguo para referirse a las personas con adicción al sexo. –Ella se levantó a cerrar la ventana corrediza y luego volvió a sentarse a mi lado, yo me quedé sin habla, ¿honestamente que podía decir después de eso? –¿Danny, sigues aquí? -Chasqueó sus dedos frente a mí y volví en mi otra vez.

-Sí, sí, lo siento, yo La verdad no me esperaba esto es todo, lo siento. –Ella hizo una mueca como diciendo ¨Lo sabía¨ -Elena, continua por favor, te escucho, no tienes por qué reservarte conmigo, siempre hemos sido abiertos entre nosotros desde que nos conocimos, a nuestra manera pero lo fuimos y sabes que yo no soy quien y no puedo juzgarte. –Ella dio un suspiro exasperada, era más que claro que no estaba cómoda hablando de esto y yo lo estaba empeorando.

-Bien, en resumen, tuve mucho tiempo de terapia y está medianamente resuelto, solo hay una cosa que reemplazo la hipersexualidad o ninfomanía, como le quieras llamar. –Entonces hice un ademán con la mano para que continuara y le di una sonrisa para que se relajara un poco y sintiera más confianza en mí. -Creo que si te lo enseño, sería más fácil -Dijo con una sonrisa de no lo sé, ¿sugerencia?, tragué fuertemente pensando en algo prudente que decir.

-Dime Danny, ¿no te da miedo que pierda el control ahora mismo contigo? ¿No te asusta que empiece a tocarte y que no pueda parar?...

La mujer que nunca conocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora