𝐏𝐬𝐲𝐜𝐡𝐨; 𝐇𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫𝐲.

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La joven sonrió al ver a su amigo entrando en la celda, listo para su sesión semanal.

Tras Dejun venía Hendery, quien estaba más feliz que de costumbre.

- Hola Min - le saludó el psicólogo, sentándose en el sitio de siempre.

- Xiaojun - asintió ella con la cabeza mientras la sonrisa de sus labios iba creciendo.

Ambos habían quedado como amigos ya que Dejun le inspiraba mucha confianza, y al contrario.

El psicólogo no veía más mal en la chica, y aquella decisión fue la presión que sentía desde hace años.

- Me he enterado de lo que tenéis vosotros dos - comenzó hablando el castaño, sin quitar la mirada de sus papeles.

Somin miró a Hendery, quien miraba asombrado al chico.

- Sois disimulados, pero soy observador - Dejun soltó varias risas.

El pelirosa bajó la mirada a la chica y encogió sus hombros por unos segundos, una tímida sonrisa en sus labios.

- Os deseo lo mejor, - siguió hablando él - Somin, traigo noticias.

La chica al oír esas palabras se sentó bien y centró su atención en su amigo.

- Nos hemos reunido todos, y tenemos una decisión final - Xiaojun dejó de mirar sus papeles y miró a Hendery, quien también estaba atento.

Somin comenzó a morderse las uñas, un nuevo hábito de nerviosismo.

- Mañana eres libre, - le sonrió cálidamente y ella quiso gritar - aún así un par de veces al mes tendremos sesiones para ver cómo progresas.

Nada más el psicólogo dejó de hablar Somin se abalanzó sobre él, con los brazos abiertos.

- Gracias - dijo entre lágrimas.

Dejun rio y palmeó la espalda de la chica.

- Lo has conseguido tú sola - le hizo separar y limpió las lágrimas que salían de sus ojos.

Somin siguió llorando sin procesar la información y miró a Hendery, a quien le brillaban los ojos.

Sin pensárselo dos veces corrió hacia los brazos del chico, quien los había abierto para ella.

- Voy a ser libre - habló contra su cálido pecho.

- Lo sé pequeña, estoy orgulloso - dijo él dejando un suave beso en la coronilla de la chica.

La menor soltó varias risas tontas y se acurrucó en el pecho del mayor.

- Os dejo vuestro momento - Dejun habló tras ella.

Ambos cayeron en un ambiente de silencio pero era cómodo.

- Lo único malo es que no tengo donde vivir - habló ella una vez se separó del pecho del chico.

- Ven a vivir conmigo - sus pulgares limpiaron el rastro de las lágrimas.

El corazón de la chica comenzó a latir más rápido y pensó que se iba a salir de su pecho.

Somin sonrió al pensar la vida que iba a construir.

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