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- Cuando tenía dos años mis padres biológicos me abandonaron, dejándome sola en la calle, - su mirada estaba fija en el suelo, sin confianza alguna de mirar a alguno de los chicos - no querían tener hijos pero aún así me tuvieron.
Su respiración se entrecortó al recordar su infancia.
- Una pareja joven me ayudaba, me traían ropa, comida, lo esencial, pero no podían llevarme a su casa por varios motivos.
- Fui creciendo, sin familia, sin techo, sin educación, sin cariño, hasta que a los ochos años una señora mayor me acogió en su casa, me dio todo lo que necesitaba - sonrió suavemente al pensar en ella.
- Un día, mientras volvía de comprar cosas necesarias, varios hombres me acorralaron y me llevaron a un callejón, y... - se atragantó con sus lágrimas y dejó de hablar.
Su cabeza dolía en pensar en ese momento.
- ¿Abusaron de ti? - preguntó Dejun con tono preocupado.
Ella asintió.
- Me tuvieron de esclava durante años, hasta que pude escapar y volví a casa de la señora - continuó con la historia a pesar del dolor que sentía, tanto en el pecho como en la cabeza.
- Fui incapaz de salir de casa durante muchísimo tiempo, mi ansiedad y depresión estaban al límite, hasta que un día apareció el Nieto de ella.
Agarró fuertemente sus muslos al recordar a su primer amor.
- Jungwoo, me trataba muy bien, era un cielo de chico, siempre estaba pendiente de mi y me cuidaba, pero algo dentro de mi mente me pedía hacerle daño, al principio le hacía pequeños cortes con el cuchillo mientras cocinabamos, con la excusa de que había sido sin querer.
- Hasta que esa noche no me sentí yo y quise matarle, quise acabar con su vida, y eso hice - lágrimas salían de sus ojos sin cesar.
- ¿Te arrepientes? - preguntó Dejun.
Subió su mirada y miró a ambos chicos.
- Demasiado - susurró.
Por su mente pasaban todos los momentos que Jungwoo y ella habían vivido, y se odiaba por lo que había hecho.
- Lo quiero de vuelta, entre mis brazos, mientras me contaba qué había hecho en su día - sollozó y escondió la cara en sus manos.
- Vas a superar esto Somin, vas a volver a vivir una vida normal - Dejun colocó su mano en el hombro de la chica, intentando reconfortala.
- Nunca ha sido normal - los ojos de la joven estaban negros, sin sentimientos de por medio.
