Madara sostuvo es inconsciente cuerpo del niño entre sus brazos, era tan liviano y suave al tacto que sintió miedo romperlo. Izuna debía tener unos once años de edad, vivía en la calle, a merced de lo que eso conllevaba pero aún así, poseía un encanto único. Podía ver con sus ojos ciegos, carentes de vista, lo que muchos no podían ver, y ni siquiera creían. Realmente no tenía ni idea de qué se envolvía al rededor de Izuna, pero nada que hubiera visto antes si que debía ser.
Le dejó dormitar en el coche cubriendole con su chaqueta luego de colocarle su camisa de repuesto, empezaba hacer mucho frío para dejarle desnudo cuando la noche estaba por caer. Condujo hasta la cuidad, pasando de largo los suburbios y con dirección al centro. Por hoy cuidaría del niño, hasta que estuviera en sus manos el informe que pidió sobre Izuna y su vida.
Vio la necesidad de prender un cigarrillo para calentarse un poco, hubiera preferido un café pero no se encontraba con las fachas adecuadas para bajar del coche en medio de la cuidad puesto que ¡Solo iba en pantalones! No ocostumbraba a llevar mucha ropa de cambio mojarse le tomó de sorpresa y mucho más tener que llevar a alguien, además que ese no era su coche y no había mucho que tomar.
Dio una larga calada al cigarrillo mientras esperaba que el semáforo cambiará, había algo de tráfico a esas horas. Mientras tanto observaba al niño dormir tranquilamente en asiento trasero.
¿Quién es el niño que se hace llamar Izuna?
¿Qué es toda esa niebla que se envuelve a su alrededor?Aún no tenía respuestas, pero las tendría pronto. No demoraba en llegar el informe y así echaría algo de luz a toda esa oscuridad.
Estaba por terminar su cigarrillo cuando el teléfono sonó, se trataba de su trabajo, suponía habían obtenido algo referente al caso.
—Madara habla —dijo esperando oír algo para dar un final al caso de la mañana.
—Señor, el analisis final de los cadáveres está terminado. La mujer murió por perdida de sangre, recibiendo dieciocho puñaladas en la vagina donde se encontró rastros de semen, el ADN coincide con el hallado en casos similares en las víctimas.
—Bien —se recargó en el asiento. Estaban tratando ya con una persona extremadamente agresiva, y su juntaba el hecho de lo que había mencionado Izuna... ¡Eso! —. Dime del cadáver del niño, ¿se encontró su corazón?
—No, no había rastros del corazón, según análisis luego de la muerte fue abierto el pecho con el mismo instrumento que se utilizó para apuñalar a la mujer y se extrajo el corazón. Fue un trabajo verdaderamente desatroso, los pulmones terminaron perforados y severos daños en otras partes —respondió la voz en el teléfono.
—Es como temía, gracias. Puedes continuar.
—¡¿Señor cómo sabe que no tenía corazón?!
—Digamos que fue intuición —contestó con la mirada fija en el pequeño Izuna que dormía.
Con esa afirmación menos dudas tenía de que Izuna no mentía. Ahora quedaba el hecho de que haría con él niño, simplemente no podía devolverlo a las calles, menos sabiendo lo que conocía y tras ese desmallo... le preocupaba.
Por fin cambió el semáforo, permitiéndole avanzar unas calles más hasta llegar a su departamento. Quería bañarse y dormir por largas horas, la cama era su su lugar donde podía pesar y pensar hasta encontrar una respuesta.
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.—¿Estamos en tu casa? —preguntó Izuna cuando el auto se detuvo frente a un gran departamento.
—Veo que despertaste —le dijo antes de bajar del coche —. Te habías dormido así que te traje a mí casa, no estás en desacuerdo ¿verdad?
—Me parece bien, ya te dije no soy quisquilloso —hizo amago de bajar del coche notando enseguida que no llevaba su ropa y solo le cubría una camisa —¿Me cambiaste de ropa?
—Si —abrió la puerta indicándole bajar —. Estabas mojado y no podía dejarte así. No te preocupes, no tengo malas mañas para con niños.
—Entonces debo relajarme ¿no? —rio levemente —. Se que eres buena persona, por eso decidí contarte mi secreto, ellos dijeron que cuidarías de mi.
—No se si buena persona será indicado, pero aprecio la confianza.
—Se que lo eres —se adelantó unos pasos hasta tomar la mano del adulto —. Estas cuidando de mi, eso es una prueba.
—Si como digas.
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.El apartamento de Madara aunque grande y espacioso no dejaba de ser para solteros, sólo había una de cada cosa y ello específicamente se refería a la cama.
—Puedo dormir en el sillón —había dicho Izuna ante la disyuntiva del adulto.
Claro que no le dejaría dormir allí, los sillones no eran muy cómodos, y los niños se suponían deberían dormir con comodidad. Su mente as detuvo por unis instantes en la figura pequeña de Izuna vistiendo aún su camisa ¡Siempre había vivido en la calle! Quizá no se sentiría cómodo en un lugar como ese, o se avergonzaria de sí mismo. Sea como sea el niño dormiría en su cama, una noche en el sofa no sería tan diferente a dormir en una silla en sus noches de guardia.
Preparó dos cafés, no tenía bebidas para niños y necesitaban entrar en calor.
—Izuna prepare café, puedes tomar cuanto quieras de azúcar, hay pan en la despensa y mantequilla en la nevera.
Le dijo yendo directo al baño para ducharse. Ya bajo el chorro de agua caliente su cuerpo empezó a destensarse y las ideas fluir con libertad. Pensó en Izuna, el caso en que estaban y los sucesos extraños del día, todavía no tenía explicación del desmallo, y tampoco una oportunidad para obtener respuesta.
Salió de la ducha con su cuerpo envuelto en una toalla atada a cintura olvidando por instantes que no estaba solo. Se sorprendió un poco al ver la imagen del niño, sentado en una silla bebiendo su café con esa calma tan especial que le caracterizaba, sus piecitos se mecian de un lado al otro sin velocidad presisa mientras su mirada se encontraba perdida... lejos en otra dimensión que él no podía ver.
No podía dejar de mirarle, se sentía atrapado en esa aura de calma y misterio que emanaba el infante, como si todo su cuerpo no respondiera y sólo la idea de observarle fuera lo único en su cabeza.
—Izuna —se atrevió a decir —. ¿Te gustaría vivir conmigo?
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DarkSide [MadaIzu] By ElizabethUchiha_BL
FanficMadara es un oficial de la policía que se ve inmiscuido en un caso totalmente fuera de su control. Todo lo que conocía como real o imaginario dejó de ser cuando su punto de vista se topo con Izuna, un niño que con solo una palabras le mostró un mund...