Capítulo 2.

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- ¿La matas? - Dije balbuceando.

Nos quedamos en silencio un buen rato.

- Es broma, joder. - Dijo mientras se levantaba.

No estoy segura de por qué pregunté.

Me levanté rápido y le seguí.

- Alan, si tienes algún problema alguna vez, yo te escucharé. - Conforme lo decía, me arrepentía. - Bueno... Es que... Tu acabas de escuchar mis problemas. - Dije para intentar arreglarlo.

- Que mal. Yo no tengo ningún problema. - Dijo sonriendo.

Ahí está su sonrisa de nuevo. No puedo creer lo que esta pasando... El peor error de mi vida. Alan. Alan me gus-

- Ah, y sobre tus problemas. Es un derecho reservado para toda la vida, ¿no crees? - Dijo Alan interrumpiendo mis pensamientos.

- Eso... Es cierto... - Dije muy sorprendida.

En ese momento... No supe lo que Alan trató de decirme.

Llegó el día de la excursión.

- E-Esto... Alan, toma nota de estos datos importantes que te voy a leer sobre la excursión. - Le dije a Alan mirando el papel que estaba sosteniéndo. - Viajaremos en bus hasta el punto de partida. La distancia es de 42 kilómetros y... ¡Alan! - Grité, ya que no me estaba haciendo ni caso. - ¡Explica esto a todos, que es importante!: móviles; prohibidos, y no detenerse en niguna tienda durante el camino.

- Dallas, no uses tu móvil en la excursión. - Dijo Alan a Dallas, que justamente pasaba por ahí.

- V-Vale. - Dijo Dallas siguiendo su camino.

- ¿Así esta bien? - Dijo Alan, como no, con su maravillosa y perfecta sonrisa en la cara.

Dios... Me siento tan patética, enamorarme de alguien tan increíblemente irresponsable...

- Bien, llegamos, llegamos. - Dijo Alan bajandose corriendo del bus.

- Ahora todos denme sus móviles. - Dijo uno de los profesores.

- Yo no lo he traído. - Dijo Alan.

- ¿Realmente no lo has traído? - Dos profesores empezaron a cachearle. - ¿Qué pasa con esa sonrisa?

- Que ya os digo que se me ha olvidado traerlo. - Dijo con una sonrisa de medio lado.

- ¿Eh? ¿Alan no ha traído su móvil? - Dijo Cristie mirándolo desde dentro del autobus. - Que raro.

Empezamos la caminata.

- Me pregunto si seremos capaces de recorrer los 42 kilómetros... - Dijo Alice. - Bueno, seguro que lo consigo. Quiero almorzar con Alan. - Se dijo a sí misma.

- Abie, ve a hablarles. - Dijo Alice esbozando una sonrisilla perversa.

- ¿Yo?

- Bueno, tienes algo de relación con él desde que sois delegada y subdelegado. ¡Por favor! ¡Cuento contigo!

- Supongo que no me queda otra...

Me adelanté para alcanzarlo, y justo cuando le fui a llamar, se dió la vuelta, así que tuve que disimular.

- ¿Almorzamos juntas, Betty? - Dije con una falsa sonrisa. Betty me miró seria y asintió.

- ¿Qué haces invitando a Betty a almorzar? ¡Invita a Alan también! - Dijo Cristie.

Érase una vez; nosotros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora